Hubo un tiempo en el que todo transcurría dentro de un cierto orden, y las cosas eran más o menos previsibles.

Pero se produjo un terremoto. La fecha oficial del cataclismo se sitúa en el 15 de Septiembre de 2008, con la caída de Lehman Brothers, o la quiebra que cambió el mundo.

En Septiembre de 1990 se inició mi carrera profesional en un proyecto empresarial llamado Vega Mayor, que resultó ser apasionante (siento utilizar esta palabra tan manida hoy en día, pero es que, en este caso… ¡es cierta!), y todo fue fluyendo en un movimiento continuo, dentro también de un cierto orden, repleto, eso sí, de cientos y cientos de momentos especiales: retadores, felices, comprometidos, ilusionantes, complicados… Y, siempre, generando en mí continuo crecimiento, al hilo del propio desarrollo de la empresa.

Pero en Enero de 2011 llegó el momento del cambio personal, que supuso también un pequeño temblor interior para mí. Unido a ello, aunque sin ninguna relación con el anterior, tan solo 4 años después, en Enero de 2015, se produce el segundo y definitivo terremoto, en este caso profesional: mi decisión de dejar la empresa, ésa a la que tanto quería y a la que tanto entregué de mí mismo, con consciencia y pasión. Decidía así abandonar una zona de confort de libro.

Los amigos de verdad, esos que te quieren y te escuchan, me dijeron cosas hermosas en relación a ambas decisiones; desde el “vivías en blanco y negro, y has descubierto el color” en relación a la primera, al “demuestras valentía y coherencia” respecto de la segunda.

El tiempo transcurrido durante este año ha sido mucho más que satisfactorio, a la par que tremendamente edificante. Creo que he cumplido con mi objetivo de dedicarme a reflexionar sobre mí en lugar de, como había hecho hasta entonces, pensar, hablar, soñar y vivir por y para la empresa; veo el futuro con gran optimismo, y siento, desde lo más profundo de mí, que estoy haciendo lo correcto y por el camino correcto. ¿Cabe mejor satisfacción?

He ido descubriendo nuevos mundos, nuevas realidades y otras formas de hacer y de vivir la vida profesional. He hecho el recorrido con tranquilidad, ilusión, alegría (creo que no he perdido la sonrisa en ningún momento), energías renovadas, aprendiendo continuamente… y con la consciencia plena de haber tomado la decisión acertada.

Empezando por aquellos 32 (¡nada menos!) talleres que seguí durante Febrero/Marzo en el Club de Marketing de Navarra sobre Redes Sociales y Herramientas TIC que impartió Ana Cortaire, y que me abrieron los ojos ante el mundo 2.0, tan olvidado dentro de las empresas (con la excepción de sus departamentos de Marketing). O haber encontrado a Izaskun Altuna (“ Yo soy ZAS Comunicación”, me dijo en el momento de conocerla), con quien tengo una especial empatía y una fuerte conexión profesional. Pasando por el mundo de la Marca Personal de la mano de esos magníficos tipos de Soymimarca, Jordi Collell y Guillem Recolons, que consiguieron el hito de organizar y llevar adelante el inolvidable Personal Branding Lab Day.

“Sin tu blog eres un sintecho digital; todo el día tirado en las redes sociales”

Alfonso Alcántara en ‘#Superprofesional’

Capítulo de honor para los que han sido y siguen siendo mi brújula en este camino: el divertido a la par que profundo Alfonso Alcántara (@Yoriento), con su blog y el libro #Superprofesional. Y, ahí arriba en mi lista, el maestro Andrés Pérez Ortega (@marcapersonal), que con su blog bisemanal o libros como Expertología o Te van a Oir ha marcado un antes y un después en mi forma de entender y enfocar mi vida profesional.

 “El blog es el motor y el cuartel general de tu plataforma de comunicación”

Andrés Pérez Ortega en ‘Te van a oir’

Estoy tan de acuerdo con ellos que aquí nace NUEVOS TIEMPOS, NUEVOS RETOS. Así he querido llamarlo, tanto por lo que la frase representa para mí… como  para el propio sector Agroalimentario, al que me dirijo: un antes y un después a partir de tan larga y profunda crisis para éste, un antes y un después para mí a partir de ahora.

Mi único compromiso, que es conmigo mismo, es que esto no va a ser flor de un día; pretendo que sea un buen canal de comunicación con vosotros, los de ese otro lado. Por eso asumo el reto de la disciplina, la constancia, la perseverancia y el largo plazo. Solo espero que los contenidos sean lo suficientemente valiosos y afinados (El Diapasón de Jos) como para que interesen a alguien, y espero que, algún día, a unos cuantos.

No quiero cerrar este mi primer post sin dedicárselo a Puy, la persona más importante de mi vida, mi compañera en el corazón, y mi auténtica Inspiración.

Y dicho todo lo anterior… ¡quedas invitado! ¿Nos hablamos?