Los problemas que atenazan a nuestras Pymes agroalimentarias son como un gran ovillo revuelto y enmadejado.
La única forma de resolverlo es coger un extremo de ese ovillo y empezar a desenredarlo, sin prisa pero sin pausa... evitando que se vuelva a enredar por detrás.
Se trata de ponerse en acción, de empezar por un extremo (porque resolverlo todo a la vez es imposible) e ir avanzando (hacer).
Todo empresario industrial agroalimentario sabe que su negocio básicamente va de:
- Conseguir materias primas;
- procesarlas para aportarles valor, y
- venderlas y entregarlas.
También sabe sabe muy bien que para mantenerse en el mercado es imprescindible:
- Conseguir nuevos clientes.
- Satisfacer sus expectativas.
- Reducir costes para mejorar el margen.
- Defenderse de la competencia.
Y además, TODOS los empresarios agroalimentarios...
...porque, si esto no fuera así, su empresa habría cerrado hace rato.
Pero, ¿qué es, en realidad, una EMPRESA?
- Una empresa es un conjunto de personas (Empleados),
- lideradas por un Empresario con Propósito,
- con el objetivo común de obtener una rentabilidad económica (Accionistas) que permita su desarrollo sostenible,
- a través de la satisfacción de las necesidades de un Cliente,
- mediante un valor superior al aportado por su competencia,
- y en equilibrio con su entorno socio-ambiental.
Pero, muy habitualmente, la mayoría de los empresarios agroalimentarios tienen un serio problema:
¿Cómo conseguir que las personas de una organización compleja trabajen BIEN ALINEADAS hacia un OBJETIVO COMÚN?
Efectivamente, esa falta de alineamiento es el caldo de cultivo idóneo para la aparición de la ineficacia, el desperdicio y el desgaste, que se traducen en un bajo rendimiento que dificulta enormemente la consecución del objetivo común.
Vamos a ver, entonces, 3 claves para reducir el desgaste y aumentar el rendimiento en la empresa agroalimentaria.
3 claves para reducir el desgaste y aumentar el rendimiento en la empresa agroalimentaria.
Clave 1: Equipo de Dirección
El Problema:
- Un empresario encadenado a su empresa, que se siente solo ante la responsabilidad de gestionar su organización; cansado de tener que estar pendiente de todo para que las cosas se resuelvan como a él le gustan.
- Necesidades de clientes cada vez más exigentes; proyectos que se amontonan en su cabeza porque no sabe cómo abordarlos sin hacerlos él mismo.
- Jefes de departamento que mandan pero no lideran; que llevan sus asuntos de manera individual e intuitiva, sin herramientas profesionales.
- Gente leal y trabajadora, pero sin visión global ni pensamiento estratégico (de futuro); centrados casi en exclusiva en su área de responsabilidad.
La solución:
Clave 2: El Sistema
El Problema:
- Los responsables de departamentos van cada uno a lo suyo, echando balones fuera y culpando al resto de sus problemas.
- Las responsabilidades, el alcance del trabajo de cada uno y las actividades concretas no están definidos de manera precisa, y aparecen muchas “tierras de nadie”.
- Es difícil saber “a dónde vamos juntos” ni “qué debo hacer yo” para aportar a ese camino común.
- Todo va demasiado rápido; todo el mundo, incluido el empresario, está desbordado, y es difícil reflexionar juntos, poner en común ideas y trabajarlas ordenadamente.
- El Cliente desconfía de nosotros porque no siempre cumplimos con lo que nos hemos comprometido a un precio determinado.
- La mejora, la innovación y los proyectos se abordan de forma voluntarista y no ofrece los resultados esperados.
La solución:
Construir e implantar un Sistema que dé confianza al Cliente porque:
...y al que se aplica la iniciativa y la flexibilidad cuando es necesario.
Clave 3: El Ecosistema del Compromiso
El Problema:
- Los empleados no se implican ni se comprometen.
- Se trata de fichar, hacer lo que me mandan y cobrar la nómina a final de mes.
La solución:
Construir e implantar el Ecosistema del Compromiso basado en:
Y ya sabes que estaré encantado de conocer tus impresiones si me las dejas en los comentarios de aquí abajo.