La única forma de avanzar es un día, un asunto, una única tarea a la vez.
Si todavía no lo has asumido, te lo voy a decir con claridad: la multitarea no existe. Puedes hacer diferentes micro-tareas encadenadas (mirar una tabla Excel que tienes abierta, ver tu notificación de Instagram, leer tres palabras de un informe y observar la lluvia tras la ventana), pero realmente pretender hacer varias cosas a la vez es no hacer ninguna (o atiendes a la cantidad de sal que pones en la comida o atiendes a esa estrofa de la canción que suena, pero nuestra mente no es capaz de hacer las dos cosas al mismo tiempo).
Por otro lado, las teorías del “pensamiento positivo” (creer que tan sólo con desear algo muy, muy fuerte lo conseguirás) es una solemne tontería. Si eso fuera cierto, podríamos viajar a Londres sin Ryanair y con menos asaltos a tu equipaje, líquidos y calzado.
La realidad es que para conseguir nuestros objetivos necesitamos pasos, hitos y metas y, contrariamente a la intuición, éstos pueden ser (y yo creo que es mejor que sean) pequeños. «Piensa en grande» está bien para identificar el destino, pero «piensa en el próximo paso» es importante para avanzar hacia él.
¿De cuántas personas has oído hablar a lo largo de los años, tanto en lo personal como en lo profesional, de quienes se dijera que eran «excelentes pensadores generales, pero realmente no muy aplicadores». Imagino que de pocos, por no decir ninguno.
Estrategia, visión, resultados, consecuciones: son el panorama general (“big picture”) imprescindible. Pero los instrumentos para llegar allí (tácticas, planes, implantación, ejecución, administración) necesitan ser “rutinizados”.
Sí, estamos hablando de hábitos.
Esto es debido a que si mejoramos sólo un 1 por ciento por día, en 70 días seremos el doble de buenos. (Es una derivación de la regla del interés compuesto, pero si no me crees, mete “1” en tu calculadora, multiplícalo por “1,01” 70 veces y llegarás a… ¡2!).
Pero la verdad es que no conozco suficientes ejemplos o personas que hagan esto con regularidad y persistencia. ¿Imaginas si la administración de Justicia, o la Seguridad Social, o la Sanidad, mejorara sólo un 1% al día? ¿O incluso al mes? O incluso… bueno, supongo que lo pillas.
Si quieres tocar un instrumento, necesitas mejorar poco a poco, pero metódicamente. Un buen profesor puede establecer la secuencia y las prioridades correctas para ti: leer música, entender el teclado, encontrar notas, usar los pedales, cambiar acordes, lo que sea. Lo mismo se aplica a aprender a hablar bien en público: crear notas, usar el escenario, incluir ejemplos, manejar preguntas, etc.
Por cierto, ¿vas a abordar todos tus procesos de cambio en solitario o te vas a dejar ayudar alguna vez por algún experto?
Es difícil progresar cuando te mantienes en una rutina. Y déjame definir la rutina: es hacer más y más de lo que ya eres bastante bueno, sin mejorar tu técnica, efectividad o éxito. Pepe Sacristán, Rafa Nadal, Montserrat Caballé, Pau Gasol, Picasso, García Márquez, Severo Ochoa: todos están o estaban persiguiendo su 1 por ciento sostenible.
En algún momento me di cuenta de que las personas tienden a frustrarse porque no les cabe el bocadillo entero en la boca. Pero, ¿sabes?: tienes que comerlo dando un bocado cada vez.
Aquí tienes algunas áreas sobre las que examinar tus oportunidades de 1% sistemático para la mejora y el avance hacia objetivos mayores:
- Profesionalmente, ¿está aprendiendo más sobre tu trabajo, tu puesto, tu carrera?
- ¿Estás avanzando y obteniendo más placer de tus aficiones y pasatiempos?
- ¿Tus relaciones están mejorando?
- ¿Eres capaz de resolver conflictos de manera rápida y exitosa?
- ¿Estás reduciendo tu nivel de estrés?
- ¿Estás mejorando su forma física y su salud?
- ¿Estás eliminando los impedimentos creados por ti mismo para alcanzar tus objetivos?
- ¿Estás eliminando los impedimentos externos sobre tus objetivos?
- ¿Estás ahorrando y creando los recursos necesarios para cumplir tus planes y responsabilidades?
- ¿Te estás preparando para los imprevistos y los cambios de vida?
- ¿Estás aumentando su tiempo libre?
Veamos uno de ellos como ejemplo: la resolución de conflictos. Sería parte de un objetivo mayor, que podría llamarse «construir relaciones agradables» o «conseguir influencia» o como quieras llamarlo. En este caso particular, debemos saber que la resolución de conflictos es, en un 90% de las veces, sobre objetivos (destinos) o sobre alternativas (rutas).
Es decir, podemos estar en desacuerdo sobre el destino (la montaña o la playa para las vacaciones) o sobre la ruta (estamos de acuerdo en ir a la playa, pero discutimos sobre si ir en tren, por autopista, pasando por los pueblecitos, etc.)
El conflicto sobre las alternativas se resuelve mejor enfocándose en el objetivo común, compartido y acordado para desactivar la hostilidad, y luego comparando los pros y los contras de las alternativas, eligiendo una, combinando varias o creando una nueva. El conflicto sobre los objetivos se resuelve mejor determinando de quién «depende mejor» la decisión (por ejemplo, «¿Dónde serían más felices los niños?») y confiando en esa meta común.
El simple hecho de conocer y organizar estos principios, y luego practicarlos, puede llevarte algunos días o semanas, pero el progreso constante producirá el multiplicador del 1%, hasta que seas lo suficientemente experto. (Y eso, a su vez, genera un 1% en el objetivo más amplio de «conseguir influencia», por ejemplo).
La buena y la mala noticia es que sólo se necesita el 1 por ciento por día, porque si bien eso suena eminentemente alcanzable, también te impide apelar a la excusa del volumen (número de cosas), la magnitud y el agobio. (…quizás también te interese este Mueve tres cosas un kilómetro…no cien cosas un centímetro.)
La triste razón por la que la mayoría de las personas no pueden hacer realidad sus sueños tiene más que ver con la procrastinación (pereza) que con la incapacidad; el retraso más que el obstáculo; la lasitud más que los “objetos inamovibles enfrente”.
Sólo tenemos que empezar la práctica un día concreto, un 1% cada vez, lo que no suena muy intimidante en absoluto, ¿verdad?
Así que la pregunta es, «¿Qué te detiene?»
Necesitas mejorar en cualquier área concreta un 1% cada día para duplicar tu efectividad en 70 días.
No encontrarás una ruta más rápida y segura en ninguna parte.
Es el camino mágico hacia la prosperidad.
«Sentir pena por ti y tu condición actual no es solo un desperdicio de energía, sino el peor hábito que puedas tener» – Dale Carnegie.
«Los hábitos son el interés compuesto de la superación personal». James Clear
«Nunca cambiarás tu vida hasta que cambies algo que haces a diario. El secreto de su éxito se encuentra en tu rutina diaria». John C. Maxwell.