La gente debería seguir tu guía, no temer tu poder.
La verdadera prueba de un líder es cuando los demás reconocen sus atributos sin necesidad de depender del cargo, posición o de “sus galones”. En otras palabras, ¿los que están fuera de las líneas de propiedad de la empresa te siguen con tanto entusiasmo como aquellos que temen no hacerlo?
Hoy, hablando de #Liderazgo: LIDERA EN TU COMUNIDAD.
Si el liderazgo consiste en ayudar a otros a mejorar y en apalancar los talentos y contribuciones propios a través de los demás para lograr resultados para la organización, entonces los líderes deben adquirir una cierta cantidad de poder -influencia- si quieren tener éxito.
Ese poder puede tener su origen en diferentes fuentes, algunas de las cuales son mucho más efectivas que otras.
Seguro que podríamos discutir mucho sobre esto y que la lista que te voy a presentar ahora podría modificarse dependiendo de lo detallada que la queramos hacer. Pero para nuestros propósitos en este momento, las fuentes fundamentales de origen de poder de un líder las podemos concretar en las cinco siguientes.
1. Recompensa, o la capacidad de proporcionar gratificaciones (tangibles e intangibles) a los ejecutantes de un trabajo. Si la gente es consciente de que puedes decidir aumentos salariales, reconocimiento público, aprendizaje y desarrollo, trabajos deseables y/o simplemente «palmaditas en la espalda» creíbles, obtendrás poder de ese reconocimiento.
2. Castigo: Por el contrario, la capacidad de decidir consecuencias de las acciones, que van desde la amonestación, la sanción, la reducción financiera e incluso la pérdida del sustento, sin duda es un factor importante de detentación de poder.
3. Posición: La aceptación clara de que, debido a tu posición y cargo, eres capaz de realizar acciones que afectan el desempeño de los demás, es otra fuente de poder. En otras palabras, tienes el derecho incuestionable de aprobar mis gastos, asignar mi territorio o asignarme/retenerme recursos. Generalmente, el cargo otorga poder.
4. Experiencia: tu conocimiento y experiencia (tu sabiduría), crea un ambiente en el que la gente está dispuesta a permitirte tomar la iniciativa. Tu habilidad para aportar información, analizar situaciones, definir problemas y sugerir soluciones te coloca en una situación de liderazgo frente a otros.
5. Referente: Esta es la prueba del carisma. Tu encanto, simpatía, naturaleza afable y otros atributos te brindan la posición predeterminada de liderazgo cuando la gente se aglutina en torno a ti. Los demás se subordinan voluntariamente a tu personalidad.
Ten en cuenta que las fuentes anteriores no son mutuamente excluyentes ni dependen estrictamente de una posición más o menos alta en la estructura. De hecho, los mejores líderes son aquellos a quienes la gente quiere seguir con entusiasmo, no aquellos que exigen fidelidad, lealtad o sumisión.
Por eso, la mejor prueba para un líder está fuera de su territorio organizacional. ¿Qué estás haciendo en tu comunidad (en asociaciones cívicas, organizaciones benéficas, eventos públicos, organizaciones profesionales) para portar tus talentos y habilidades de liderazgo?
Se trata de aprender a liderar a aquellos que no tienen que seguirte “obligatoriamente” a menos que así lo deseen: colegas, voluntarios, socios, dirigentes de asociaciones, etc.
El trabajo voluntario “por el bien público” (“pro bono”) puede darte una enorme recompensa a medida que perfeccionas tus comportamientos de liderazgo.
¿Cuál es tu nivel de compromiso e implicación en actividades fuera del trabajo?
Si perteneces a asociaciones y grupos voluntarios, ¿estás contento de ser miembro? ¿O conseguir liderazgo te supone un esfuerzo?
Los auténticos líderes no pierden su capacidad cuando se quitan “el gorro de trabajo”. El respeto no se detiene en el límite de la propiedad de la empresa.