Por José María Garrido

0 Comentarios


¿Te gusta lo que hago? ¡Plantéate invitarme a un café! ☕️

Vivimos tiempos de asombrosa polarización, falta de civismo, y acoso y derribo. Estas posiciones, acciones y comportamientos se basan en una postura de superioridad moral, como si el mero desacuerdo implicara tener enfrente a un ser inferior.

Hay una frase en El Navegante, de Morris West, que viene a decir algo como lo siguiente: “Y ese es el terror de la cúspide y de su ocupante. ¿Es a Dios a quien escucha o se trata del eco de sus propios gritos?” Alberto Núñez Feijoo probablemente perdió su oportunidad de conseguir una mayoría más amplia cuando utilizó la “derogación del sanchismo” como gran reclamo electoral (venía a ser una especie de “borremos todo lo que los anteriores han hecho”). En su discurso de investidura, Pedro Sánchez se apresuró a “levantar un muro” para dejar al otro lado a la mitad del país. Y dicen que no han intercambiado la más mínima comunicación directa entre ellos desde entonces.

Hace unas semanas escuché a alguien de la mesa de al lado decir: “A los fachas, ¡ni agua!”.

La arrogancia de tales declaraciones y de tales posiciones es espantosa. No pretendo tomar una posición política, sino más bien social: de manera comprensible, rechazamos a las personas que demuestran que nuestra opinión no debe ser respetada, sino rechazada de inmediato, ya que proviene de un nivel de inteligencia más bajo que la propia.

Estamos mayoritariamente impregnados de arrogancia. Vivimos en un universo indeterminado actuando como si entendiéramos el infinito, los años luz o los agujeros negros. Y sin embargo no sabemos prácticamente nada de sus orígenes o su naturaleza. ¿Un “Big Bang” antes del cual no había nada? “Nada” no tiene sentido si no hay “algo” con el que compararlo… De hecho, cuando Einstein fue elogiado por haber descubierto las leyes universales del cosmos, comentó: “Sí, pero la auténtica pregunta es quién creó las leyes.”

Durante un reciente viaje científico a la región de Alto Mayo, en la amazonia peruana, los investigadores identificaron 27 nuevas especies de animales e indicadores de otras 48, todas ellas desconocidas para la ciencia hasta ese momento. Y, por supuesto, tenemos muy poca idea de lo que vive en las profundidades abisales de los grandes océanos.

Sabemos que vivimos en un trozo de roca que viaja a través del vacío interestelar a más de 100.000 km/h alrededor de una estrella explosiva. No me digas que no tienes fe al vivir tu vida sin preocuparte por ello.

No pretendo hacer proselitismo. No soy una persona religiosa y no digo que se necesite creer en una deidad superior (aunque todos debemos recordar que la ausencia de evidencia no es evidencia de ausencia). Simplemente estoy sugiriendo que los comportamientos arrogantes y polarizantes que existen a nuestro alrededor están causados, básicamente, por una baja autoestima, por el miedo a intentar enfrentarse a lo desconocido… y por la comodidad de bromearnos a nosotros mismos con que realmente entendemos las galaxias y los enigmáticos sistemas solares.

Un poco de humildad y de reflexión estaría bien en este momento de fin de año, y podrían ser desarrolladas y sustanciadas en coherencia con el supuesto “espíritu navideño” de tolerancia y perdón, de generosidad, de regalos entregados y recibidos, de comidas familiares y de coros cantando “Alegría para el Mundo”.

 

“La Navidad no es una temporada; es un sentimiento.” – Edna Ferber.

“La Navidad es una época, no sólo de regocijo, sino de reflexión.” – Winston Churchill.

“Sólo sé que no sé nada.” – Sócrates.

“Tal vez la Navidad (pensó el Grinch) no viene de una tienda.” – Dr. Seuss.

José María Garrido es profesional agroalimentario, consultor y docente. Después de trabajar 24 años como directivo, en la actualidad ayuda al empresario a aumentar el rendimiento consistente de su organización. Leer más...

{"email":"Email address invalid","url":"Website address invalid","required":"Required field missing"}
>