Los mejores directivos son directivos integrales. Son los más capaces de apreciar las perspectivas de los clientes y empleados, entienden que (generalmente) no están lidiando con el destino del mundo y no se toman a sí mismos demasiado en serio.
Los directivos que pueden disfrutar de la familia, los amigos, las aficiones, los viajes, el entretenimiento, la recreación y otras diversiones pueden comunicarse mejor con una gama diversa de personas. Es difícil no llevarse bien con alguien que disfruta tanto la navegación a vela como tú, o que acaba de visitar Nueva York como tú, o que también tiene niños en el colegio. Ten en cuenta que estos temas trascienden a la cultura, a la etnia, al origen o a la educación.
Los expertos en inversiones y finanzas te dirán que todo tu futuro financiero no debería depender de tu empleo. En otras palabras, dado que tu salario ya proviene de tu empleador, que tu paquete de beneficios es parte de tu remuneración, y también puedes tener un plan de compra de acciones que depende del rendimiento de la empresa, debes asegurarte expresamente que otras inversiones no estén también en la misma cesta, para evitar una catástrofe total si pierdes tu trabajo o si la empresa atraviesa tiempos difíciles. Dicen que debes diversificarte.
Lo mismo se aplica a tu vida e intereses.
Inviertes hasta un tercio o más de tu vida en tu trabajo, y eso sin contar los problemas que te llevas a casa, las conversaciones sobre el trabajo, ver a los amigos que se hacen en el trabajo, etc. (Y para aquellos que viajan como parte de su trabajo, esta inversión aumenta significativamente).
En consecuencia, deberías “invertir” fuera del trabajo. Encuentra amigos, intereses y pasiones que no estén relacionados con tu ocupación. Ésta no es una tarea mutuamente excluyente. Una cosa no reemplaza a la otra, sino que simplemente la complementa. Pero si trabajas de 40 a 60 horas semanales, te llevas trabajo a casa, juegas al fútbol en el equipo de la empresa, sólo ves amigos del lugar de trabajo, sólo posees acciones de la empresa y sólo puedes hablar el “idioma” de la empresa, no eres muy diferente que una persona de empresa de la década de 1960, excepto que éste es un mundo mucho más volátil, con cambios repentinos y habituales en el empleo y en el estatus.
Tanto para tu bienestar como para tu seguridad, debes diversificar tus intereses y llevar una vida completa.
La oficina seguirá allí el lunes.
