Para tener éxito en tu puesto, necesitas comprender qué es lo que realmente le importa a tu jefe. Sin embargo, a muchos directivos les cuesta comunicar sus prioridades con claridad. En lugar de esperar instrucciones, puedes hacerles preguntas inteligentes de manera proactiva, no solo para descifrar sus necesidades, sino también para posicionarte como su “socio estratégico”.
Aquí tienes por dónde empezar.
¿Qué objetivos discutes con tu jefe? Esto revela qué impulsa sus evaluaciones de desempeño y su toma de decisiones. Presta atención a las métricas clave, a los temas recurrentes y a las prioridades inesperadas; podrías descubrir áreas donde tu trabajo tiene un impacto mayor del que creías.
“¿Qué te preocupa sobre nuestro equipo o proyectos?” A diferencia de preguntarle sobre desafíos generales, este tipo de preguntas invitan a hablar sobre vulnerabilidades y a tomar una perspectiva honesta. Te ayudará a anticipar riesgos, resolver problemas de forma proactiva y a posicionarte como alguien que alivia el estrés, en lugar de aumentarlo.
“¿Qué acciones o cambios marcarían la mayor diferencia en los próximos 90 días?” El plazo obliga a centrarse. Si su respuesta es vaga, continúa con: «¿Qué cambio específico podríamos hacer para lograrlo?». Si no está seguro, ofrécele opciones para guiar su razonamiento.

