Escuchar no va sólo de oír las palabras que alguien está pronunciando, sino de demostrar que valoras el contenido de lo que dice y cómo lo dice. Escuchar bien genera confianza, fortalece las relaciones e impulsa mejores resultados en el equipo.
Pero incluso los líderes fuertes y bien intencionados caen en estas cinco trampas de escucha comunes.
Aquí te indico cómo evitarlas.
Prisa. La buena escucha es una tarea exigente que lleva tiempo. Hacerlo apresuradamente indica desinterés por tu equipo. Deja a un lado por un momento los asuntos en los que estás focalizado y evita las distracciones para poder tener una conversación de calidad. Haz preguntas aclaratorias que demuestren que estás presente en dicha conversación.
A la defensiva. Es natural sentirse a la defensiva cuando alguien plantea preocupaciones u ofrece comentarios críticos, pero es más conveniente no llegar a estas conversaciones con una mentalidad reactiva. Si te sientes criticado de alguna manera, tómate una pausa, reflexiona, y luego confirma lo que has escuchado o pide más detalles antes de responder.
Desinterés. Si no demuestras que estás escuchando, la confianza se erosiona. Usa el contacto visual, asintiendo y utilizando frases simples como «ya veo» para permanecer visiblemente comprometido. Analiza los puntos clave para confirmar tu comprensión.
Agotamiento. Los líderes cansados desconectan. Si tu energía es baja, establece límites (como tomar un descanso durante una conversación prolongada) o reprograma compromisos anteriores.
Inacción. Para mantener la confianza de tu equipo debes tomar medidas sobre lo que escuchas. Cierra el bucle siempre: resume lo que has escuchado, plantea los siguientes pasos y explica lo que es factible y lo que no.