La mayoría de nosotros sentimos el impulso o la presión de continuar trabajando hasta la extenuación, pero no tomarse pequeños descansos conduce a una menor productividad, a la pérdida de foco y al agotamiento.
Debes ser consciente de que tomarte pequeños descansos no es un signo de debilidad, sino una estrategia para el éxito a largo plazo. Tomar descansos adecuados recarga la mente, aumenta la creatividad y mejora el rendimiento en general.
Aquí tienes algunos ejemplos sobre cómo hacer que tus descansos sean más efectivos.
Aplicarlos inteligentemente. Descansos cortos y bien ubicados, especialmente por la mañana o justo después de tareas exigentes. Te ayudará a mantener la energía y el foco durante todo el día.
Generar movimiento. Caminar, estirarse o cualquier pequeña actividad física revitaliza el cuerpo y limpia la “niebla” mental.
Relajar la mente. Respiración profunda o unos minutos de meditación restablecen la función cognitiva y reducen el estrés.
Prioriza la conexión social. Las conversaciones distendidas y positivas con colegas aumentan el estad de ánimo y fomentan la colaboración.
Haz algo creativo. Los descansos no tienen por qué ser inactivos. Una pequeña ayuda a alguien o una reflexión pueden ser refrescantes y productivos.
Toma el control de tu tiempo. Elije actividades de descanso que funcionen para ti, ya sea estar solo, una caminata o una tarea personal rápida.

