Si cada lunes por la mañana ya lo empiezas sintiéndote “agotado”, el problema podría no ser CUÁNTO tiempo libre tienes el fin de semana, sino CÓMO lo usas.
En lugar de dedicarte por defecto a actividades puramente pasivas, intenta la opción de la “artesanía del ocio”: un enfoque con mayor intención para tu tiempo libre que mejore tu bienestar e incluso aumente tu rendimiento laboral.
Aquí te dejo tres ideas básicas para empezar a hacerlo.
Identifica actividades que realmente te energicen. La “artesanía del ocio” no va de cambiar tus aficiones, sino de cambiar tu mentalidad alrededor de ellas. Para ello tienes que poner una meta sobre la mesa. Por ejemplo, si te encanta el cine, considera la posibilidad de crear una “tertulia sobre cine” con el fin de atraer y fortalecer tus amistades en torno a una pasión compartida por el séptimo arte.
Sé específico. No te plantees ambiciones vagas como “Quiero ser un mejor repostero”. En lugar de ello, define pasos concretos y comprobables, como preparar un nuevo postre de tu libro de cocina favorito cada 15 días: un fin de semana me lo planteo y al siguiente lo cocino. Comienza con un compromiso suave y vete escalando sólo si te genera energía.
Sé responsable contigo mismo y “ajusta” cuando sea necesario. Haz un seguimiento de tu progreso (en un diario o algo similar) y mantén la disciplina programando tu tiempo libre por adelantado. Pero nunca permitas que tus objetivos se conviertan en cargas; si algo comienza a convertirse en algo similar al trabajo, ajusta. El ocio debe ser restaurativo, no agotador.

