La verdadera motivación es intrínseca. Surge del descubrimiento por parte del individuo de diversas posibilidades para satisfacer sus necesidades personales, lo cual no significa ser egoísta o tener intereses egoístas. Todos tenemos nuestros propios intereses legítimos. Por lo tanto, si esta situación se retroalimenta y perpetúa a sí misma, no necesitas un gran garrote para llamar la atención.
Hoy, hablando de Liderazgo: AYUDA A OTROS A AUTOMOTIVARSE.
La motivación es uno de mis temas favoritos al trabajar con los líderes empresariales. Algunos afirman que el miedo es suficiente. Otros confían en que el único motivador que vale la pena considerar es el dinero. Hay quienes sienten que cualquier cosa que les motive a ellos debería motivar a sus empleados. «Ya les he puesto sus objetivos y salarios variables. ¡Que vengan motivados de casa!», dijo un antiguo compañero mío que hoy es director general de una empresa muy importante. Bill Gates, fundador de Microsoft y uno de los hombres más rico del mundo, decía simplemente: «Pon a las mejores personas en una habitación, apártate de su camino y échales un poco de “carne fresca” de vez en cuando.»
Hay tres formas básicas disponibles para los líderes de cambiar el comportamiento de otros:
1. Poder. Apuntar con una «pistola» figurada a la cabeza de alguien y preguntarle si no le importaría hacer algo por ti. Esto recibe atención inmediata, pero rara vez tiene efecto después de retirar el arma (lo que a menudo provoca una reacción contraria). Voltaire dijo que «Dios está del lado de los batallones mejor armados». Quizás, pero en temas de motivación, no.
2. Presión de grupo. Los psicólogos llaman a esto presión «normativa»: no ser el único que no está entre la multitud «de moda». Reconozco que siempre me resultaba incómodo ser “el único” que no cogía lotería de Navidad de la empresa (nunca he comprado lotería de ningún tipo) cuando me la ofrecía cada año la presidenta de nuestro Comité de Empresa. La presión de grupo es voluble, difícil de controlar y puede ir en contra de los objetivos organizacionales.
3. Interés propio racional. Ayúdame a comprender cómo alcanzaré mis propios objetivos (seguridad, crecimiento, desarrollo, tiempo, flexibilidad… tangibles o intangibles, a corto y a largo plazo) y permíteme perseguir los objetivos de la empresa con vigor y entusiasmo si son la vía de conseguir los míos propios.
La motivación va de compromiso, no de cumplimiento. Las variadas y diversas personas de tu organización tienen intereses y necesidades variadas y diversas. Los programas de motivación «generales» prácticamente nunca abarcan esa diversidad, y el fomento de la competencia genera ganadores y perdedores.
Los líderes inspiradores proporcionan entornos en los que todas las personas pueden identificar sus propios intereses como compatibles con los objetivos de la organización. Pero esas culturas no aparecen mágicamente. El líder debe cuidarlos cuidadosamente, y el liderazgo debe modelar y ejemplificar las cualidades y atributos de ese entorno.
Esos entornos cuentan con:
· subordinación del ego;
· comunicación abierta y bidireccional;
· “feedback” adecuado y a tiempo;
· crítica constructiva;
· consecuencias inmediatas (recompensas y castigos);
· aprendizaje y crecimiento continuo;
· apoyo y protección a los innovadores (libertad para fallar).
Es lo que yo llamo Ecosistema del Compromiso.
El movimiento consiste en la persecución obstinada de objetivos bajo presión. La motivación va de superación de objetivos como una condición humana en constante desarrollo.
Los líderes no deberían conformarse con menos. Construye tu Ecosistema del Compromiso y disfruta de la automotivación de tus empleados con tu proyecto empresarial.
