Muchas pequeñas empresas en todo el mundo son creadas por papá y/o mamá y surgen por necesidad. Pero se convierten en empresarios accidentales, trabajando duro durante años mientras guardan cada céntimo para enviar a sus hijos a «una buena universidad».
El siguiente paso natural es contratar a esos niños y llevar sus mentes recién educadas al negocio familiar.
Las empresas familiares son responsables de más de la mitad del PIB y del empleo del sector privado en España (Fuente: Instituto de la Empresa Familiar). Son la base de la generación de riqueza y trabajo.
Tengo el mayor de los respetos por los padres que quieren pasar su legado a sus hijos, para mantenerlo en la familia. Yo mismo soy hijo de unos padres emprendedores, cuyo negocio creado ya está en 3ª generación.
Además, he publicado mucho sobre los valores que yo mismo comparto con los clientes de empresa familiar de Fresh Mentoring en mi actividad actual. Pero, al mismo tiempo, encuentro que el nepotismo está muy alto en la lista de áreas problemáticas de muchas pequeñas empresas. Incluso podría estar vinculado con la cultura, o más específicamente, la cultura equivocada de ese tipo de empresas.
Nepotismo: Trato de favor hacia familiares o amigos, a los que se otorgan cargos o empleos por el mero hecho de serlo, sin tener en cuenta otros méritos.
Y, como muestra, un botón.
Yo me encontraba trabajando en un proyecto con la fundadora y propietaria de una empresa que tenía dos familiares (hijos de un tío suyo) trabajando en su negocio de 35 personas y 25 millones de facturación. Uno de ellos era excelente, pero el otro estaba por debajo del promedio, no estaba dispuesto a mejorar, y era un tipo de persona que la propietaria nunca habría contratado si no se lo hubiera pedido su propio tío. Ambos llevaban allí desde hacía cinco años, dos después de la fundación de la empresa.
El asesor financiero y el abogado de mi clienta ya le habían emplazado para que despidiera al familiar “problemático”. Sin embargo, el marido de la propietaria era de la posición de que los lazos familiares son la máxima prioridad, pensaba que probablemente estaba siendo demasiado crítica con su primo, y que sacarlo de la empresa haría más daño que mantenerlo, incluso aunque tuviera un desempeño deficiente.
Y mi clienta me pidió consejo.
Ésta fue mi recomendación.
Le dije que ella misma debería preguntarse (sin hacerse “trampas al solitario”) cuál era el resultado objetivo que esperaba del trabajo de su primo, y si realmente lo estaba consiguiendo. Además, debería preguntar al asesor financiero y al abogado las razones de sus opiniones, pero no en base a conjeturas, sino a hechos y comportamientos claros y comprobables.
Independientemente de otras consideraciones, si el familiar estaba consiguiendo los objetivos sin perturbar la cultura pretendida en la empresa, debería seguir adelante con él en la organización.
Si esto no era así, entonces preguntarse a sí misma si ese bajo rendimiento era debido a falta de habilidades (por lo que sería necesario aplicar formación/capacitación) o a una actitud deficiente (por lo que el familiar necesitaría un acompañamiento personalizado para mejorar).
El último paso sería hablar con él para ver si estaba dispuesto a aceptar la ayuda propuesta.
Si la respuesta era que sí, ponerla en práctica haciendo un seguimiento del progreso a corto plazo. Si la respuesta era que no, fire him!
Su marido estaba equivocado en las prioridades. La prioridad aquí es con el resto de la familia, los empleados, los clientes y cualquier otro inversor.
Una empresa no es una ONG, ni una entidad de colocación.
(Mi clienta terminó despidiendo a su familiar aplicando una justa indemnización).
“Las oportunidades pequeñas son el principio de las grandes empresas.” – Demóstenes.
“Ninguna empresa puede tener éxito sin estar debidamente organizada.” – James Cash Penny.
“Existen muchas razones por las cuales la supervivencia de las empresas familiares es muy poca y una de ellas son los temores que tienen los fundadores al hablar del relevo generacional. Atrévete y aprende de delegar.” – Francisco Tapia.