Hasta hace unos años, el poder de la gestión empresarial derivaba de dos fuentes típicas:
- El control de la gente.
- El control de la información.
El directivo exitoso a largo plazo intentaba maximizar el número de personas a su cargo e iba compartiéndoles información cuidadosamente, sólo lo suficiente como para permitirles cumplir con los objetivos bajo su dirección. Habitualmente, el directivo había realizado previamente los trabajos de sus subordinados antes de ser promocionado.
Esta dinámica ha cambiado abruptamente en los últimos tiempos, debido a la aceleración tecnológica y a la competencia global. Hoy, la información está fácilmente disponible a través de móviles, tabletas y ordenadores, y la gente ya ha sufrido suficientes reducciones, reajustes, reasignaciones o despedidos para optimizar costes y también para compensar los enormes errores cometidos “en las oficinas”.
La carrera profesional a largo plazo, ascendiendo impasiblemente por la estructura jerárquica hasta la jubilación, es ya una criatura extinguida, y ya no hay ninguna razón para esperar que el directivo tenga que saber cómo ejecutar todos los cada vez más complejos, tecnológicos y remotos trabajos bajo su responsabilidad.
Y sin embargo, todavía hay empresarios y directivos pretendiendo tener éxito en este milenio con enfoques de la pos-II Guerra Mundial y creyendo y aplicando dinámicas desaparecidas, que ningún empleado acepta ya.
Hoy, la clave para el éxito está en elevar los talentos y habilidades de uno mismo y de sus equipos para conseguir sinergias y un mayor conjunto de resultados.
Por lo general, hay tres razones por las que los directivos y managers fallan a la hora de mejorar sus resultados o de cumplir con sus responsabilidades:
- No saben qué es lo que no saben, y actúan en el marco de una “feliz” ignorancia.
- No tienen el conjunto de habilidades necesarias para conseguir cambios, y no saben cómo adquirirlas.
- Carecen del comportamiento y la disciplina para actuar.
Tú, que eres seguidor de mis contenidos, ya has superado el primer obstáculo anterior, y espero que también te ayuden con los otros dos.
Los directivos no están obsoletos. Pero las viejas prácticas y creencias de gestión basadas en la jerarquía, el control y el politiqueo, sí.