Deja de rendir tu poder.
No es que seamos impotentes, es que rendimos y entregamos nuestro poder.
La gente nos dice que no podemos hacer cosas porque somos demasiado jóvenes, demasiado viejos, demasiado inexpertos, demasiado torpes, demasiado diferentes… ¡y les creemos!
Si hubiera escuchado ese tipo de consejos, no estaría escribiendo esto y yo hoy sería un profesor de instituto a punto de jubilarse para dedicar su tiempo a ver series de Netflix.

