Céntrate en los resultados, no en las tareas.
Si haces las tareas pero sin resultados, habrás fracasado a pesar de las métricas.
Si se logran resultados con otras tareas, entonces las tareas son incorrectas.
Trabaja al revés: desde los resultados hacia el desempeño y las tareas.
No se trata de “hacer”, sino de “lograr”.