La pasada semana describimos seis formas de identificar tus valores centrales para facilitar tu toma de decisiones.
¡Ahora ha llegado el momento de ponerlos a prueba!
Una vez que hayas identificado unos pocos temas en tus respuestas, etiqueta cada una con una frase corta, como “prestar apoyo a otros” o ”construir relaciones de confianza”.
Luego, hazte estas cuatro preguntas para confirmar si un valor es lo suficientemente ejecutable, práctico y de confianza como para guiar tu liderazgo.
¿Puedes usarlo para tomar decisiones? Imagina un desafío pasado o presente. ¿Este valor te ayuda a señalar un camino claro?
¿Y todo lo contrario? Imagina lo opuesto a ese valor. Si te provoca una fuerte reacción, es probable que hayas descubierto un “no negociable”.
¿Es más de una palabra? Las palabras individuales como “confianza” o “familia” son demasiado vagas. Los valores fuertes tienen la forma de pequeñas frases que apuntan a acciones y comportamientos específicos.
¿Puedes medirte frente a él? Pregúntate si puedes evaluar objetivamente si has estado a la altura del valor. Los comportamientos claros, como “ser transparente” o “mantener los compromisos” lo hacen medible.
Si respondes “sí” a las cuatro preguntas, acabas de descubrir un valor central aplicable. Valores como éstos suponen una brújula frente a las opciones difíciles, refuerzan la autoconfianza y te previenen de apoyarte en tópicos o atajos.