La gente sólo “oye” lo que “ve”. Primero y sobre todo, los líderes son ejemplo.
“Haz lo que digo, no lo que hago” es el signo más cierto de fraude.
“Tus acciones son tan ruidosas que no puedo escuchar lo que dices», dijo en una ocasión Ralph Waldo Emerson.
Independientemente de cuál sea la naturaleza de tu organización, nadie en ella cree lo que escucha. Sólo creen lo que ven.
No hay moldeador de comportamientos más poderoso en una organización que los comportamientos de aquellos que ocupan posiciones de liderazgo. Por encima de todo, el líder es un ejemplo.
Los líderes establecen las realidades de comportamiento del lugar de trabajo. Son los que encarnan los valores reales de la organización y, por extensión, sus relaciones con clientes, proveedores y socios.
En toda mi carrera profesional, nunca he observado una organización que tenga empleados insatisfechos y clientes felices.
Si los líderes transmiten el mensaje de que el cliente es un mal necesario y una molestia general, los empleados lo reflejarán con un servicio de mínimos, falta de cortesía y cero iniciativa.
Si los líderes demuestran en sus propias acciones que los clientes son la prioridad número uno (por ejemplo, abandonando una reunión interna porque un cliente está al teléfono), los empleados lo reflejarán en un servicio innovador y un contacto proactivo.
¿Cuáles de los siguientes comportamientos estás poniendo en práctica?
– Accesible y receptivo
– Orientado a la acción
– Aceptando riesgos prudentes
– Creencias reflejadas en comportamientos
– Aceptando la rendición de cuentas
– Invirtiendo en otros con confianza
– Compartiendo el crédito y las victorias
– Tolerando la libertad de fallar
– Desarrollando a otros
Hoy más que nunca necesitamos líderes que cabalguen a la batalla a la cabeza de sus tropas.