Tomar la decisión

Por JOSÉ MARÍA GARRIDO

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Si eres empresario deberías preguntarte: «Si no pago a mis directivos y mandos para que tomen decisiones, entonces ¿para qué les pago?».

Pero, aunque en la empresa tomamos decisiones todos los días, a menudo no somos conscientes de los criterios que utilizamos. De ahí que hayamos estado desgranando la metodología para la Toma de Decisiones que hoy concluimos con el último paso: Tomar la decisión.

 

Efectivamente, en las últimas semanas hemos estado viendo los 4 pasos iniciales del proceso de Toma de Decisiones.

Hoy vamos a ver el 5º y último paso de este proceso, que no es otro que tomar ya la decisión basándonos en el balance riesgos/beneficios.

Para realizar el balance riesgos/beneficios podemos usar la siguiente herramienta:

El punto central (0) representa la situación actual (statu quo). Cualquier cosa hacia la izquierda significa deterioro de la situación actual, y cualquier movimiento a la derecha significa una mejora de la situación actual.

Te pongo ahora otra imagen que explica la escala:

Es simple y consistente, y puede ser aplicada en cualquier organización. La calibración de la herramienta no es lo importante.

Utilizando esta escala, los directivos y managers pueden juzgar tanto el mejor como el peor resultado de cualquier alternativa de decisión, cambio, oportunidad, idea y asunto.

Dependiendo de la previsión al evaluar la probabilidad y las consecuencias del riesgo de cada alternativa de decisión y de las acciones disponibles para gestionarlo (preventivas y contingentes), los resultados pueden y deben cambiar.

Así pues, el directivo debería preguntarse:

“Después de tomar todas las medidas adecuadas que podemos pensar para gestionar razonablemente el riesgo, ¿cuáles son los resultados mejores y peores?”

“¿Cuáles son los riesgos y beneficios potenciales, y estoy dispuesto a soportarlos en base a las capacidades y responsabilidades de mi gente y a la cultura de la organización?”

Los 3 posibles resultados de un examen de este tipo son los siguientes:

En el primer caso, no puedes permitirte no acometer el tema. Tanto la mejor como la peor de las situaciones representan mejoras sobre la situación actual.

En el segundo, tenemos una situación de la que todos deberíamos escapar corriendo. No importa lo que hagamos, la situación será peor que la actual (y sin embargo ¡muchos de nosotros examinamos situaciones como esta sin ningún criterio!)

Finalmente, el tercero es un ejemplo del «mundo real», en especial en temas realmente importantes. El mejor de los casos representa una mejora significativa, y la peor situación supone un riesgo relevante.

 

La mayoría de los cambios importantes llevan implícitas potencialidades que expanden el statu quo en ambas direcciones.

Pero sin riesgo no hay recompensa.

El corolario sería que solamente a través de evaluaciones sistemáticas se puede determinar el grado de las dificultades de implantación de las decisiones.

José María Garrido es profesional agroalimentario, consultor y docente. Después de trabajar 24 años como directivo, en la actualidad ayuda al empresario a aumentar el rendimiento consistente de su organización. Leer más...

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