Debilidad del proceso

Por JOSÉ MARÍA GARRIDO

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Estamos viendo diversas fuentes de innovación y mejora. Una gran oportunidad de innovación son las debilidades del proceso. No te limites a “repararlas”, sino que aprovecha para “subir el nivel”. Pregunta siempre: «¿Cómo puedo construir algo nuevo para superar la debilidad?»

En este episodio de las Reflexiones Mañaneras, hablando de #Innovación: DEBILIDAD DEL PROCESO. El eslabón débil debe elevarse.

 

La tercera fuente de innovación de nuestra lista es la debilidad del proceso (link a FRACASO INESPERADO). Ya sea que el proceso sea de flujo continuo, como la fabricación en las industrias agroalimentarias o el ensamblaje de automóviles, o no lineal, como los procesos de marketing, financieros o de investigación y desarrollo, a menudo hay «eslabones débiles» que la gente busca fortalecer o arreglar. Pero los innovadores no intentan apuntalar los eslabones débiles que encuentran: ellos desarrollan nuevas alternativas.

Un ejemplo paradigmático fue el nacimiento de las empresas de mensajería, cuando el fundador de FedEx se basó en una debilidad del proceso del Servicio Postal de EE. UU.: la incapacidad de entregar cualquier cosa de manera fiable, en cualquier lugar, al día siguiente. No se limitó a mejorar lo existente, sino que propuso un sistema radial que significaba que, en España, incluso un paquete que iba de Pamplona a Logroño pasaría por Madrid. Al hacerlo, generó la industria de entregas al día siguiente, que todavía hoy compite exitosamente con Correos.

Hay procesos a tu alrededor, ya sean internos (fabricación, procesamiento de pedidos, evaluación del desempeño) o externos (ventas, servicio al cliente, marketing). Encuentra las áreas en las que hay fricción y dificultad crónica, y sube el listón eliminando la alternativa actual y probando una completamente nueva para alcanzar tu objetivo.

Para ayudarte, hazte las siguientes preguntas:

1. ¿Qué áreas están estancando este proceso?

2. ¿Cuáles son los aspectos más antiguos, menos actualizados del proceso?

3. ¿Dónde es el proceso menos visible y menos abierto a inspección?

4. ¿Dónde crea el proceso responsabilidades vagas o superpuestas?

5. ¿Qué estamos haciendo exactamente igual que nuestros competidores, sin diferenciarnos?

La debilidad de un proceso a menudo se oculta detrás de los «males necesarios», aquellos con los que sentimos que tenemos que vivir, o la sensación de que atacar el «eslabón débil» no aportará suficiente retorno de la inversión. Pero, en última instancia, los eslabones débiles fallan y corroen los eslabones que los rodean.

En cada organización, la potencia general no es mayor que la del eslabón más débil.

José María Garrido es profesional agroalimentario, consultor y docente. Después de trabajar 24 años como directivo, en la actualidad ayuda al empresario a aumentar el rendimiento consistente de su organización. Leer más...

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