Después de haber analizado en esta entrada anterior el Propósito y la Visión como elementos generadores de motivación de los empleados, vamos a analizar aquí el segundo elemento de nuestro Ecosistema del Compromiso.
Posiblemente una de las asignaturas pendientes más acuciante en nuestro sector agroalimentario, que puede ser una losa enorme en el funcionamiento de la empresa o que, por el contrario, puede liberar la enorme energía de la que dispone cada persona en forma de aportación de valor para la organización.
Estoy hablando del estilo de mando de sus dirigentes, jefes, encargados, capataces, etc.
Hoy hablamos de Liderazgo y Compromiso.
Pepe es encargado de fabricación de una empresa agroalimentaria desde hace 5 años.
Pepe siempre fue un operario leal, trabajador, duro y exigente consigo mismo.
Durante sus 10 años en la empresa siempre estuvo dispuesto, hizo sin rechistar todo lo que sus jefes le pidieron y se ganó la justa fama de empleado esforzado e implicado.
Y por eso, en un momento dado y como premio a su trayectoria, hace 5 años fue nombrado Encargado al cargo de 10 operarios de línea de fabricación.
Nadie le enseñó nada sobre cómo se gestionan equipos y personas, así que Pepe se limita a actuar como puede.
Da órdenes a sus operarios sin ninguna explicación.
Utiliza el poder que le otorga su estatus jerárquico.
Controla personalmente todos los detalles.
Desconfía, centraliza todas las decisiones y sofoca cualquier otro atisbo de liderazgo en su equipo, ya que los ve como enemigos.
Por otro lado tenemos a Pepa, también encargada de fabricación en otra empresa.
A diferencia de Pepe, Pepa:
Define objetivos claros para sus colaboradores, con amplios márgenes de libertad
Fomenta las ideas, que las lleven a cabo y les da herramientas para que controlen los resultados
Escucha a sus operarios. Les transmite desafíos y problemas de la empresa para que su equipo actúe en consecuencia en base al conocimiento que tienen de su trabajo.
Pepa es su referente natural y se preocupa por el desarrollo profesional de sus colaboradores.
Los operarios de Pepe se limitan a fichar, hacer lo que les mandan y cobrar la nómina a final de mes.
El equipo de Pepa piensa, propone, actúa, reacciona, cambian su entorno, han multiplicado su productividad… y sonríen. ¡Está orgullosos de su líder y de sus compañeros!
Y tú, ¿cuál de los dos modelos conoces mejor?
¿Cuál de las dos empresas crees que tiene a sus clientes más satisfechos?
¿Cuál de las dos crees que obtiene mejores resultados, gana más dinero y tiene mejor asegurado el futuro?
¡Cuéntanoslo en los comentarios y conversamos sobre ello!