La sensibilidad hacia las personas que son diferentes a nosotros no es un rasgo humano genético. Para poder mostrar sensibilidad al diferente debes ser disciplinado, no menos de la disciplina necesaria para mostrar orientación al cliente o para devolver las llamadas con rapidez.
Hoy, hablando de diversidad: EL PRIMER PASO ES LA SENSIBILIDAD.
A lo largo del tiempo he observado que la discriminación no intencionada es mucho más común que la discriminación deliberada. La discriminación no intencionada ocurre cuando alguien dice o tolera acciones o lenguaje que hacen que otra persona se sienta inferior. Porque la percepción es tan importante como la intención real.
No me refiero a lo “políticamente correcto” sobre lo que se considera aceptable o inaceptable, algo de lo que, en mi opinión, se está abusando en exceso, sino del lenguaje y las acciones que crean una sensación de aislamiento y exclusión para ciertos grupos de personas o individuos.
Por ejemplo, los chistes y bromas raciales, étnicos o sexuales son ofensivos para quienes se llevan la peor parte. Pero también lo son para aquellos a los que ese tipo de lenguaje les resulta inapropiado.
El punto es que, si existe la posibilidad de molestar a alguien a través de un comentario gratuito, un intento de humor o un comentario al azar, ¿por qué correr el riesgo? Si bien en la mayoría de las ocasiones dicho lenguaje y humor se pronuncian sin mala intención, por lo general sí se reciben de esa manera. Y la intención del emisor no es lo realmente importante, y sí lo es el impacto de dichos comentarios.
Por eso la primera regla para alegrarse de la diversidad es controlar tus propios comentarios usando el sentido común. Si es probable que alguien se sienta ofendido o molesto, usa un lenguaje diferente, de la misma manera que usas un lenguaje diferente cuando temes que el significado de lo que vas a decir puede no quedar claro.
Al ser sensible a la recepción de tu lenguaje y comentarios por los demás podrá ayudar a otros, a su vez, a ser sensibles con los suyos.
Pero esa actividad tiene que empezar contigo mismo, en primer lugar.