“Elasticidad» es la capacidad de algo de retomar su forma habitual después de haber sido estirado fuera de esa forma. También podemos llamarlo «adaptabilidad».
Y tengo una (buena) noticia para ti: el tiempo es elástico.
Habitualmente suelo hacer sesiones por videoconferencia (reuniones con clientes, webinars, sesiones con alumnos, etc). Tengo el enlace listo en mi ordenador, pero mantengo mi ojo en el reloj en la esquina inferior derecha de mi pantalla y no abro la sesión hasta la hora exacta. Y he descubierto que en esos últimos dos a cuatro minutos puedo hacer muchas cosas, más allá de quedarme sentado esperando a que llegue la hora.
Puedo pagar alguna factura, escribir un Garridismo para el blog, responder un par de correos electrónicos, leer un artículo, crear un tema para la siguiente #ReflexiónMañanera. Esto, por supuesto, también se puede realizar en plazos más amplios. Puedo leer parte de un libro mientras estoy en “espera” o salir corriendo y revisar la lista de la compra si tengo cinco minutos.
Eso sí, no tengo nada en contra de que tú simplemente te sientes y esperes, sueñes despierto o te eches una siesta. No quiero insistir para que estés constantemente ocupado.
Pero creo que puedes ver que no puedes permitir que la gente te exija (y obtenga) “una hora de tu tiempo”, o se plantee plazos de tiempo que las otras partes (o sea, tú) se sientan obligadas a ocupar. «Bueno, parece que hemos terminado antes de lo previsto. ¿De qué más te gustaría hablar?» («Me gustaría hablar de cómo salir de aquí»).
Y, por supuesto, debemos ser breves y evitar la redundancia, la verborrea y el pleonasmo.
El tiempo es la esencia. Excepto cuando no lo es.
“Cuando uno tiene mucho que meter en ellos, un día tiene cien bolsillos”. —Nietzche
“Cualquier idiota puede afrontar una crisis. Es este vivir día a día lo que te desgasta”. —Chéjov
“En el mejor de los casos, nuestros días están contados. Por lo tanto, sería un crimen contra la naturaleza que cualquier generación tomara la crisis mundial con tanta solemnidad que pospusiera el disfrute de aquellas cosas para las que fuimos creados en primer lugar: la oportunidad de hacer un buen trabajo, enamorarnos, disfrutar de los amigos, patear un balón o hacer anjos a un bebé”. —Alistair Cooke