Los líderes no deberían dudar en demostrar un enfado sano cuando es necesario.
En temas realmente importantes, haz saber a los demás exactamente cuál es tu posición y mantente firme; en temas de “gustos”, déjate llevar por la corriente.
Hoy, hablando de #Liderazgo: ESTABLECER Y DEMOSTRAR POSICONES ÉTICAS CLARAS.
Thomas Jefferson dijo: «En cuestiones de principios, firme como una roca; en cuestiones de gustos, nada con la corriente.”
Los líderes deben mostrar una combinación de indignación sana y reacción estricta ante las amenazas a los valores y creencias básicos, al tiempo que tolerancia y aceptación ante estilos, gustos y enfoques varios.
¿Tienes claro qué temas te impulsan a ponerte en pie y no transigir, y con cuales te permites “seguir la corriente”?
He visto a empresarios «dejarse la piel» en temas como qué oficina recibirá primero los muebles nuevos, dónde colocar la máquina del café o qué política de vacaciones debería prevalecer. Y también he visto líderes «mirar para otro lado» cuando los proveedores ofrecen sobornos, las cuentas de gastos estaban obviamente engordadas, o informar de ventas este año que en realidad no se entregarán hasta el próximo.
Como dijo una vez uno de nuestros supervisores: “Ni diez céntimos ni un euro. No hay “cazos” menores con el dinero de la empresa. Todo es poco ético, independientemente de la cantidad».
Los líderes pueden elegir los temas que representan sus sistemas de creencias básicos y los valores centrales de la organización, y no tienen miedo de permanecer solos entre la multitud para defenderlos frente a las exigencias del corto plazo.
Recuerdo bien la firme manifestación de una miembro de mi equipo ante una afirmación de un proveedor sobre un compañero: “¡Eso no es cierto! En mi empresa nadie hace esas cosas”.
Si la gente percibe que está bien alterar las reglas, éstas no serán alteradas, sino que serán destruidas. No puedes estar un poco embarazada y no puedes ser tramposo ocasional. Lo eres o no lo eres.
Los líderes tienen que estar dispuestos no sólo a censurar o a poner fin a las vulneraciones de sus subordinados, sino también a responder a las transgresiones de sus iguales y de sus superiores. Nadie puede liderar a otros cuando está visiblemente acobardado e intimidado.
Un buen liderazgo exige tomar posición y adoptar postura enérgica sobre lo que importa. Y también requiere «seguir la corriente» cuando los problemas no amenazan las creencias básicas. Esto último incluye el estilo de una presentación, la vestimenta y los marcos de referencia, por nombrar sólo algunos.
El líder que permite un comentario sexista pero se opone a diapositivas que no se ajustan a un cierto formato tiene su universo organizacional patas arriba.
Apoya tu espalda contra la pared y defiende los valores que tú y la organización apreciáis. Es posible que, de vez en cuando, “sangres”, pero rara vez te “matarán”. Y si es así, sin duda irás a un lugar mejor.
