Lo perfecto es enemigo de lo bueno
No tienes que ser «el mejor», solo mejor que los demás en ese momento.
El corredor más rápido se salvará del oso que nos persigue, pero también lo hará el segundo más lento.
Evita la perfección y todo el pesado equipaje que lleva consigo, y céntrate en el éxito sencillo y todas las recompensas que aporta.