Las decisiones nunca deberían ser binarias.
Una decisión binaria es la que te planteas elegir entre a “A ó B”, pero en realidad depende de cómo tú te colocas ante la situación. Si lo piensas bien, pocas veces debemos enfrentarnos a elegir “entre esto o lo otro”.
No digas “¿Vamos a la playa o a la montaña?», sino “¿A dónde deberíamos ir de vacaciones?”
En una ocasión, una amiga me preguntó: “¿Cuál de las dos cocinas debería renovar primero?” Y yo le respondí: “Haz las dos a la vez”.