La mayoría de los planes fracasan en su implantación.
La planificación debe ser práctica, ya que la mayoría de los planes fracasan en la implantación, no en su planteamiento.
La mayor parte de las planificaciones son demasiado complejas, demasiado largas, demasiado costosas y afectan a demasiadas personas.
Por eso no se hacen ni bien ni en tiempo y forma.
Simplifícalas tanto como sea posible y su calidad mejorará considerablemente.