Con las personas, sé riguroso pero no cruel.
Ley de Packard: “Ninguna empresa puede aumentar de manera consistente sus beneficios más rápido que su habilidad para conseguir a la gente adecuada para implantar dicho crecimiento y seguir siendo una gran empresa”.
Disciplina #1: Cuando tengas dudas, no contrates y sigue buscando.
Disciplina #2: Cuando sepas que debes hacer un cambio en personas, actúa.
Para ello, hazte estas 3 preguntas:
1.- Más que si “esta persona debe abandonar la empresa” pregúntate: Si tuviera que incorporarla, ¿realmente volvería a cogerla de nuevo?
2.- Si esta persona viniera a decirte que se marcha porque tiene una nueva oportunidad muy excitante, ¿te sentirías terriblemente decepcionado… o secretamente aliviado?
3.- Pon a tu mejor gente en tus mayores oportunidades, no en tus mayores problemas.
Si quieres deshacerte de un gran problema, no te deshagas de un gran profesional. Porque un gran problema puede llevarse por delante a un gran empleado.