La vida va de éxitos, no de perfección
Buscar la perfección en todo lo que hacemos es una enorme pérdida de tiempo, que además nos invita a la inacción. Los ganadores rara vez son perfectos, pero son lo suficientemente buenos como para ganar.
Cuando tenemos algo al 80% de calidad, el esfuerzo que supone realizar el 20% restante sirve para muy poco, entre otras cosas porque nadie más se va a dar cuenta de ello.
La felicidad se encuentra en disfrutar del camino hacia ese objetivo. Y de celebrarlo cuando consigo ese éxito.
Y los éxitos son algo que sólo yo defino para mí, al margen de lo que digan familia, amigos, “influencers”, políticos, etc.