Las realidades de los #NuevosTiempos en que nos movemos está generando una plétora de necesidades que las empresas tienen que resolver.
Y una parte muy sustancial de dichas necesidades está relacionada con el mundo del teletrabajo. Esto puede variar dependiendo de los sectores y los mercados, pero lo que se puede ver como una dificultad o una amenaza puede ser transformado en una oportunidad si somos capaces de desarrollar “mejores prácticas” para hacer que nuestras empresas sean más atractivas para nuestros empleados, facilitar la captación y retención de talento y obtener con ello ventajas competitivas frente a nuestra competencia.
Estas son algunas de mis ideas y observaciones.
Establecer una política general sobre trabajo remoto (teletrabajo) que, teniendo en cuenta las exigencias legislativas, combine las necesidades de la empresa con las legítimas aspiraciones de los empleados. ¡Construyamos un “win-win”!
Gestión adecuada de los equipos híbridos (presenciales y remotos), un asunto que no es sencillo fundamentalmente debido a la necesidad de un cambio de mentalidad relacionado con el siguiente punto.
Eliminación del mito de la semana laboral de 40 horas: nadie produce durante 40 horas a la semana en la oficina, incluso estando encadenado a un escritorio. Esperar que eso se cumpla trabajando en casa es ridículo. El número de horas trabajadas es una métrica absurda. El valor no se obtiene en función del tiempo entregado a la empresa. La clave es gestionar en base a los resultados esperados.
Proporcionar ayuda para el cuidado de los hijos, atención a los mayores, cuidado de mascotas y necesidades médicas básicas puede ser un requisito esencial para atraer a las oficinas a las personas cuya presencia sea necesaria o imprescindible.
El análisis sobre la efectividad del trabajo presencial frente al remoto no se realiza correctamente, sino de manera superficial y con un cierto criterio de “café para todos”. El hecho es que algunos trabajos son mucho más efectivos en una dimensión o en la otra, y algunos trabajos pueden realizarse de ambas formas.
Creo que necesitamos encajar problemas más personales (por ejemplo, el uso del tiempo) con las necesidades del negocio. No estoy hablando de terapias o asesoramiento familiar, sino de enseñar un enfoque integral de la vida a los empleados.
La “pelea” por el mejor talento ya está aquí, la adaptación de nuestras empresas para ser competitivas es imprescindible, y la ayuda externa para analizar e implantar estas nuevas políticas es más necesaria que nunca.