Por José María Garrido

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  1. (“La Estrella del Perro es un símbolo de poder, voluntad y firmeza de propósito, y ejemplifica al que ha logrado unir la conciencia inferior y superior.” – Definición astrológica).

 

Bienvenido/a a «los días de perro del verano».

Es lo que ocurre del 3 de julio al 11 de agosto, que son los 20 días anteriores y los 20 días posteriores al que la estrella Sirius se eleva y se oculta junto con el sol. (No me lo estoy inventando).

Cuando Sirius aparece en el cielo justo antes que el sol, este fenómeno marca el comienzo de los días más calurosos del año. Los romanos se referían a este período como “días caniculares” o «días de la estrella de perro», que finalmente se simplificó con sólo «días de perro (can)». Creían que el calor de las dos estrellas combinadas es lo que hacía de estos días los más calurosos del año (en el hemisferio norte, por supuesto), un período que podría generar fiebres o incluso alguna catástrofe.

Ya sabemos de sobra que en estos días, incluso sin el «calentamiento global», el calor intenso puede debilitar nuestra fuerza o generarnos la sensación de que se nos ha metido arena en los ventrículos cerebrales, impidiéndonos así realizar pensamientos complejos más allá de los que te invitan a echar una buena siesta.

Los peores días que recuerdo de mi adolescencia eran los que, durante las vacaciones de verano, tenía que ayudar a mi padre subiendo armarios y sofás hasta un piso tercero sin ascensor, sudando sin parar mientras me decían: “¡Jos, baja un poco más de la derecha para poder girar el rellano!” Creo que esto aumentó mi afición por la música y me animó a comprometerme más con los ensayos con mi grupo. Además de invitarme a buscar otras alternativas laborales para mi futuro.

Y una vez situado ya en ese futuro, la canícula agobiaba sobremanera las cámaras de refrigeración de Florette. Y yo explicaba a los clientes que esos problemas de calidad de los productos eran debidos a “la fiebre que tenían las lechugas en el campo”, cosa que iría solucionándose a partir del 15 de agosto, “cuando el día empieza a acortar y las noches son algo más frescas” (en aquellos años yo todavía desconocía el efecto de Sirius…).

No sé en qué medida los perros (es decir, los canes) estarán molestos porque los romanos relacionaran el calor tórrido con su existencia pero, al menos a mí, la palabra “canícula” me parece preciosa.

Sobre todo si me puedo permitir sentarme a comer un helado debajo de unos frondosos árboles a esperar a que el calor remita.

P.D. Éstos tampoco son días adecuados para tomar café (a no ser que sea con hielo), así que vamos a dejar unas semanas de escribir estos posts.

(¿O será que mi córtex cerebral no funciona lo suficiente…?)

 

“Por San Fermín, el calor no tiene fin.”– Refranero Popular

“En caniculares ni te purgues ni te sangres.” – Refranero Popular

«No siempre uso ropa interior. Cuando estoy en época de calor, especialmente, no puedo usarla. Si llevo un vestido de flores, ¿por qué tengo que usar ropa interior?» –Naomi Campbell

José María Garrido es profesional agroalimentario, consultor y docente. Después de trabajar 24 años como directivo, en la actualidad ayuda al empresario a aumentar el rendimiento consistente de su organización. Leer más...

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