Como más de dos tercios de la comunicación va de escuchar, no de hablar, estamos viendo técnicas potentes para animar a otros a hablar.
Pero es que, una de las razones por las que hablamos demasiado es porque nos sentimos preocupados. Por eso estoy seguro de que esta técnica de hoy te va a encantar.
Hoy, hablando de Comunicación: Las preguntas giratorias.
Efectivamente, una de las razones por las que hablamos demasiado es porque nos sentimos preocupados. Con frecuencia, cuando se trata de un superior o un cliente, pero a veces incluso por un subordinado.
Oímos preguntas como las que te voy a decir ahora y sentimos que debemos responder en detalle:
• “¿Qué puedes hacer por mí?”
• “¿Cuánto costará esto?”
• “¿Por qué debería elegirte a ti?”
• “¿Cómo nos va a afectar esto en el trabajo?”
• “¿Cuánto tiempo llevará esto?”
• “¿Por qué esto ha ido mal?”
Sentimos preocupación y nos vemos forzados a salir airosos con lógica, excusas, explicaciones, detalles y elegancia. Pero realmente, lo habitual es que no tengamos que hacer nada de eso.
Cuando un cliente, empleado, colega o jefe se acerca a ti de forma agresiva o beligerante y dice “¡¿Qué vas a hacer en relación a esto?!” simplemente responde que estás deseoso de oír todo lo que tenga que decirte para poder determinar qué debería hacerse y qué podéis hacer los dos (o tú solo, o él solo) para resolver la situación.
No te sientas obligado a actuar o a defenderte. Y no te sientas demasiado ansioso para resolver inmediatamente el problema del cliente, ya que los clientes, a pesar del dicho, no siempre tienen razón (…y tampoco el jefe). Tomándote el tiempo para dejar a la otra parte continuar hablando y explicando, y escuchando desapasionadamente los hechos, estarás en una posición ideal para determinar quién debería hacer qué y para quién antes de terminar la discusión. Algunos ejemplos:
• “No estoy seguro. ¿Por qué lo preguntas?”
• “Creo que puedo ayudar, pero necesitaré algo más de información.”
• “¿Qué ha ocurrido exactamente como para que preguntes esto?”
• “Entre nosotros, podemos ocuparnos de esto pero, ¿cuáles son los hechos clave que tú conoces y yo no?”
• “¿Por qué has venido a mí con este tema?”
Como ves, las “preguntas giratorias” pueden ser muy valiosas a la hora de salir airoso de una situación complicada.