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El liderazgo para la implantación de la estrategia es como montar en bicicleta.
Hay 10 rasgos de liderazgo de «rueda trasera» y hoy vemos el #20: Cesión de liderazgo.
Uno nunca debería abdicar del liderazgo, ya que esto generalmente crea un vacío y también destruye la credibilidad del líder para siempre.
Pero hay ocasiones frecuentes en las que el papel de líder debe ser dejado a un lado.
Lo que quiero decir es que nadie realmente funciona el 100% del tiempo como líder. Hay momentos en los que el líder es seguidor de alguien más; momentos en los que el líder es un aportador solitario, trabajando sus informes o creando nuevas alternativas solo.
Hay momentos en los que el líder es un igual, cooperando con colegas. De hecho, el líder-persona tiene, en realidad, muchos roles, siendo el de líder uno más de ellos.
Veamos algunos ejemplos en esta imagen que aparece aquí.
El mismo individuo puede tener distintos papeles según su contexto en un momento dado.
Sí, en ocasiones es superior en relación con sus subordinados (digo “superior” y no “líder” simplemente porque la jerarquía organizativa le ha colocado como alguien superior a otro, pero eso no le convierte en un líder). De la misma forma, cualquiera de los otros roles, da igual si es miembro o residente e incluso subordinado, puede implicar liderazgo.
Como puedes ver, rara vez nos piden que seamos líderes el 100% del tiempo, 24 horas al día, e incluso la mayor parte del día de trabajo.
Así pues, con “cesión del liderazgo” quiero decir dejar conscientemente de actuar como tal. Una actitud de líder no te hará ganar ni un ápice entre tus iguales, e incluso tampoco te ayudará si es el único papel que decides asumir con tus subordinados.
Tu potencia de “rueda trasera” vendrá de la perspectiva de la variedad de roles reales que juegas y de la relajación que viene de no tener que soportar la carga del mundo de forma continua.
