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La gente sólo cambiamos en base a 3 factores, y dos de ellos no funcionan en una empresa.
1.- El primero que no funciona es el cambio basado en el Poder. Los jefes tratan de cambiar a los demás a través de “ordenes, el miedo a una sanción económica, las amenazas de puestos poco gratos, o el ridículo público. El poder genera movimiento temporal, pero no motivación o compromiso.
2-El segundo, que tampoco sirve, es el cambio basado en la normativa o en la presión del grupo. El intento aquí es convencer a la gente para que sea parte de “la masa”. Podríamos llamarlo el “enfoque rebaño”. También tiene efectos sólo a corto plazo y poco consistentes y con él se obtiene cumplimiento, no compromiso.
3-Interés propio racionalizado. En este caso el individuo ve una razón fundamentalmente importante para él o ella de cambiar (mejora, mayor contribución, aprendizaje y cosas similares) y se compromete con ello. Esta es la esencia de la motivación, que siempre es intrínseca y nunca “producida” externamente.
Por tanto, los auténticos protagonistas del cambio son las personas de la organización, cuyo auto-interés está involucrado en el cambio y que son capaces de impactar en el auto-interés de los demás.
Además, todos los grandes líderes empresariales han tenido la capacidad de arrastrar a otros a su propio sistema de valores, incidir en los elementos gratificantes básicos del trabajo para la gente y ser ejemplos de sus intenciones para toda la organización.
Pero del tema de los auténticos agentes de cambio empresarial hablaremos en nuestro próxima entrada.