Es inevitable, y hoy más que nunca.
A lo largo de nuestra vida las personas tenemos que enfrentarnos a cambios profundos, sean éstos provocados bien por factores externos, bien por decisiones propias.
Lo que sí depende enteramente de nosotros es estar preparados para ello. Es lo que determinará si esa desestabilización inevitable se traduce en un drama personal o en una ruptura afortunada (“lucky break”).
Este es el proceso que yo he seguido para conseguir esto último, partiendo de un profundo autoconocimiento.
1.- Afianza tus valores. Son los elementos que enmarcarán todo lo que hagas. Definirán tu orientación, tus límites, tus líneas rojas, tu propósito y tu misión.
2.- Desarrolla tus habilidades. Profundiza, aprende, centrándote sobre todo en acrecentar tus fortalezas más que en mejorar tímidamente tus debilidades. Hazte más fuerte en lo que haces mejor con la humildad de una continua mentalidad de “aprendiz”.
3.- Estudia tu oficio. Quién necesita lo que tú ofreces. Por qué eres diferente y eres mejor. Sé un experto real. Construye tu método. Prepara tu oferta y desarrolla tu marketing: por muy “listo” que seas nadie sabrá que existes si no tocas tu propia corneta.
4.- Construye tu red antes de necesitarla. El éxito se basa en las relaciones de calidad. No seas tan soberbio de pensar que tú puedes hacerlo todo solo.
5.- Ahorra algo de dinero. Idealmente debes poder permitirte 12 meses de vida adecuada sin ingresos.
6.- Ponte en acción. Siempre en marcha hacia delante. Siempre mirando por el parabrisas hacia tu objetivo; nunca mirando por el retrovisor.
Las personas preparadas siempre están bien posicionadas para aprovechar las oportunidades inesperadas.
Y tú, ¿cómo te sientes hoy?
¿Seguro y fuerte en tu posición actual?
¿O te entrenas para tu próximo “lucky break”?
Te escucho.