Mentoriza a un grupo diverso de personas

Por JOSÉ MARÍA GARRIDO

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Tú eres el maestro en la Organización que Aprende.

El aprendizaje-mientras-se-trabaja es a la capacitación lo que la prueba-error es a la resolución de problemas. Con el tiempo producirá resultados, pero a un coste enorme en términos de eficacia y eficiencia.

Hoy, hablando de #Liderazgo: MENTORIZA A UN GRUPO DIVERSO DE PERSONAS.

 

Hemos oído hablar mucho de la «organización que aprende». Sin embargo, las personas en las organizaciones no aprenden automáticamente, a menos que alguien las eduque. Por supuesto, existen alternativas: libros de autoaprendizaje, vídeos, audios motivacionales, formadores internos y externos, experiencia en el trabajo, manuales de operaciones, etc.

Sin embargo, estas alternativas son meros complementos del verdadero educador organizacional: el líder que proporciona dirección, tanto formal como informal, de forma personal, uno a uno.

Tanto por mi experiencia personal como por el trabajo con mis clientes he aprendido que el factor más consistente de la promoción y el éxito profesional es el mentoring, más allá de la educación recibida, la asignación de un trabajo, la suerte e incluso las evaluaciones del desempeño.

No me refiero tanto al «campeón», que presiona agresivamente a su candidato para el siguiente ascenso o asignación importante. Me refiero al verdadero mentor que presta ayuda confidencial y personalizada en el aprendizaje, retroalimentación sobre el desempeño y una caja de resonancia para las dificultades y problemas.

Moverse con éxito dentro de las organizaciones no es diferente a jugar una partida de ajedrez. Diferentes piezas tienen diferentes capacidades. La estrategia debe guiar las tácticas. A veces, las concesiones y los sacrificios tienen sentido. A veces el tablero es claro y descifrable, mientras que otras veces la disposición de las piezas es difícil de interpretar y el futuro se ve oscuro. Y llega un momento en el que las piezas más humildes pueden convertirse en las más poderosas.

Los auténticos líderes tutorizan a otros. Son mentores de otros que no son necesariamente iguales a ellos en términos de género, raza, puntos de vista, marcos de referencia, educación, antecedentes, vestimenta, lengua original y otras diferencias. Al hacerlo, los líderes no sólo aportan crecimiento personal a personas diversas, sino que también envían el mensaje de que hacerlo es importante. Idealmente, asesoran a otras personas que tal vez no estén en sus propios departamentos tanto como a aquellos que sí lo están.

Quizás lo más importante es que los líderes inviertan la mayor parte de su tiempo en los de mejor desempeño, no en acciones de recuperación con los de bajo desempeño. Cada organización logra el éxito más espectacular aprovechando a su gente más valiosa, y no tanto tutorizando a sus empleados menos capaces. Se debe utilizar el sistema de desempeño de la organización para ayudar a los que tienen un desempeño deficiente a mejorar y, si no, deben ser reemplazados.

Esto puede parecer duro, pero es uno de los mayores fracasos de la gestión. No ignores el mal desempeño; implanta sistemas para remediarlo. Pero concéntrate en un desempeño sólido, o al menos en un fuerte potencial.

El mentoring no es para toda la vida. Encuentra gente nueva cada año, ya que las del pasado necesitan menos acceso a ti. Al final de cada año, deberías poder señalar a un puñado de personas con talento y de alto potencial que han aprendido, crecido y mejorado su contribución a la organización en parte gracias a tu participación personal en su educación.

José María Garrido es profesional agroalimentario, consultor y docente. Después de trabajar 24 años como directivo, en la actualidad ayuda al empresario a aumentar el rendimiento consistente de su organización. Leer más...

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