Los líderes ven el panorama general. Ven el mundo a través de un telescopio, no de un microscopio.
Los detalles son importantes, pero para eso tienes empleados.
Hoy, hablando de #Liderazgo: NO TE OCUPES DE LAS COSAS PEQUEÑAS.
Mis conversaciones con empresarios agroalimentarios me han regalado auténticas “perlas” de cómo se vive la gestión en las empresas de nuestro sector.
“¡Todo me cae a mí! Cualquier idea o proyecto lo tengo que definir y controlar yo mismo para que tenga alguna posibilidad de salir bien.”
O aquel que me señaló aquello de “Quiero crecer, pero sin volverme loco”.
O hace tan sólo un par de años cuando un empresario con 40 años de experiencia me dijo: “¿Estrategia? Sí, creo que ya va siendo hora de ir pensando en eso.”
Y una de mis favoritas es la de aquel heredero que, ante mi pregunta de qué quieres conseguir, me respondió: “Quiero ser capaz de gestionar esta empresa, pero no vivir como mi padre”.
Los líderes están para mirar el panorama general, pensar en el futuro, tomar decisiones basadas en metas estratégicas y objetivos a largo plazo, y prestar orientación y apoyo a sus equipos para trabajar hacia esos fines. Pero permiten que otros hagan el trabajo, aplicando juicio y discreción al «cómo» de los diferentes pasos.
Establece QUÉ conseguir y siéntate a disfrutar de CÓMO ellos lo hacen.
Mira a tu alrededor. ¿Cuántos de tus compañeros pasan el tiempo revisando y reescribiendo el informe de otra persona, modificando los pasos del plan que otro ha establecido, decidiendo sobre cuestiones que podrían hacerse (generalmente mejor) a un nivel mucho más bajo y ocupándose de pequeños detalles operativos?
Te aseguro que yo he tenido compañeros directivos así, dedicando su tiempo a vigilar las operativas bajo su responsabilidad.
Los altos niveles de energía son maravillosos si están dirigidos a los temas por los que se te evalúa y, sin duda, no se te evalúa por los detalles. En muchos casos, he observado a empresarios realizando tareas que sus administrativos podrían realizar fácilmente.
He usado las siguientes estrategias para limpiar su escritorio, limpiar sus archivos mentales y para que se centraran en el futuro distante en lugar del minúsculo presente.
- Confía en tus subordinados y aprovecha esa confianza delegando en ellos prácticamente todos los detalles y el seguimiento.
- Si no tienes esa confianza, pregúntate si el empleado no está suficientemente familiarizado con su trabajo y necesita más formación y desarrollo (¡dáselo!), si se trata de un prejuicio sin fundamento por tu parte o si su incompetencia es evidente.
- Toma medidas para familiarizarte con tus empleados, supera los prejuicios y las percepciones centrándote en evidencias y desarrollando o reemplazando a aquellos que no tienen la competencia suficiente para aceptar la delegación.
Después, siéntate, échate hacia atrás y piensa en cuáles son los asuntos de los que tú SÍ tienes que ocuparte.
Tu responsabilidad son los resultados, no estar embarrado en tareas de detalle. ¿Cuánto tiempo te estás permitiendo dedicar a conseguirlos?
Los antiguos romanos usaban la frase “De minimis non curat praetor”, que podría traducirse por «El magistrado no se ocupa de bagatelas».
Tampoco tú deberías hacerlo.