“¡Lejaim!” es, en hebreo, el tradicional brindis judío con una copa de vino, que puede ser traducido por “¡Por la vida!”.
«Viva la Vida» es el álbum de 2008 de Coldplay, que contiene la canción del mismo título que (dicen) utilizaba Pep Guardiola para “elevar” la motivación de los jugadores del FC Barcelona en aquellos años del dream team culé. (Yo, personalmente, prefiero el Parachutes (2000), primer álbum del grupo, plagado de buenas canciones, y que estoy escuchando mientras escribo esto).
La pasada semana estuvimos visitando Budapest, precisamente con la “excusa” de asistir a uno de los tres conciertos del grupo británico en la capital húngara: un “combo” perfecto, con unas entradas adquiridas en el mes de octubre. (Nos creíamos “muy originales” por haber diseñado ese plan, hasta que el piloto de Iberia, minutos antes de aterrizar en el aeropuerto de la ciudad, añadió a los habituales saludos a los pasajeros unos “saludos a todos aquellos que vayan a asistir al concierto de Coldplay, como mi propia hermana y cuñado van a hacer.”)
El concierto fue todo un espectáculo y un alarde de diseño, tecnología, luz y sonido (yo creo que cada uno de los 60.000 asistentes al Puskas Arena pudimos apreciar todos los matices del concierto).
Pero lo que realmente nos dejó impactados fue la propia Budapest: la belleza del Danubio, la majestuosidad de los edificios o la misma historia y vicisitudes de la ciudad (y del conjunto país). Y en particular, lo relativo a la cultura judía en general (la ciudad húngara alberga una de sus comunidades más numerosas de Europa) y a los brutales episodios del holocausto durante la II Guerra Mundial, en particular.
Sin embargo, nuestra guía Natalia, licenciada en Historia y ferviente amante de la ciudad, se empeñó, junto al muro del gueto, en poner énfasis en las historias poco conocidas de personas buenas que en esos tiempos tenebrosos pusieron también de manifiesto la grandeza del Ser Humano. “¡Es una cuestión de justicia histórica!”, nos decía, mientras relataba hechos documentados de héroes y heroínas que se jugaron la vida por salvar a decenas e incluso centenares de personas.
Ayer domingo fuimos al cine. Se trataba de la película “La promesa de Irene”, un emocionante drama basado en la increíble historia real de la enfermera polaca Irene Gut, quien lo arriesgaría todo para salvar a una docena de judíos refugiándolos en casa de su “jefe por obligación”, un comandante nazi.
En un momento de la película, los judíos escondidos en el sótano brindan “¡Lejaim!”
Sí, a pesar de todos los pesares, brindemos “¡por la vida!”.
¡Viva la Vida…hoy, 24 de junio, Día de San Juan!
“Es muy fácil ser héroe rodeado de gente que te aclama, lo difícil es serlo en soledad, cuando el único testigo es el coraje, el honor, el valor.” – Arturo Pérez Reverte.
“Infeliz es la tierra que necesita héroes.” – Bertolt Brecht
“La mejor vida no es la más larga, sino la más rica en buenas acciones.” – Marie Curie