En la empresa tomamos decisiones todos los días, a menudo sin ser conscientes de los criterios que utilizamos.
Y deberías preguntarte: «Si no pago a mis directivos y mandos para que tomen decisiones, entonces ¿para qué les pago?».
Iniciamos hoy una serie de episodios de las Reflexiones Mañaneras sobre la Toma de Decisiones.
Efectivamente, si no pagas a tus directivos y mandos para que tomen decisiones, entonces ¿para qué les pagas?
Y esto es así porque una de las tareas más cruciales del desempeño de un mando es elegir entre objetivos y alternativas, fines y medios, metas y rutas.
Pero empecemos por una definición.
Tomar una decisión es la habilidad del individuo para evaluar opciones frente a unos criterios establecidos que le permita seleccionar un curso de acción que maximice los beneficios y minimice el riesgo.
Así pues, quien toma una decisión no elije, simplemente, sino que elije selectivamente.
Y no solamente considera beneficios, sino que también debe considerar riesgos.
Cualquier decisión tiene 3 componentes:
1.- Objetivos: Son los resultados que queremos conseguir. Porque no podemos hacer elecciones sin saber a qué puerto nos dirigimos.
2.- Alternativas: Opciones que tenemos disponibles para conseguir los objetivos. Son las rutas disponibles para llegar a nuestro puerto, aunque no todas ofrecen la misma velocidad, eficiencia o confort.
3.- Riesgos: Amenazas que acompañan a toda alternativa y que pueden socavar hasta la más atractiva de las opciones. Porque pocos caminos están libres de riesgos.
El punto de partida de una decisión es comprender que debemos elegir un curso de acción para conseguir unos resultados futuros.
Dónde colocar un mueble es una decisión menor, y decidir los componentes del equipo de servicio a un cliente es importante.
Elegir la sala para la reunión de dentro de 1 hora es una decisión a corto plazo, y a quién promocionar como próximo jefe de ventas es una decisión para el largo plazo.
Pero independientemente de su trascendencia, debemos ser conscientes de que el proceso de toma de decisiones siempre es el mismo.
Y, ¿cuál es ese proceso? Te lo presento ahora mismo en 5 pasos:
- Establecer los objetivos a conseguir.
- Generar las alternativas posibles para conseguirlos.
- Evaluar las alternativas.
- Evaluar los riesgos inherentes a cada alternativa.
- Tomar la decisión: Seleccionar la alternativa mejor balanceada entre riesgo/beneficio
Iremos profundizando en este proceso en sucesivos episodios de las Reflexiones Mañaneras.