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El liderazgo para la implantación de la estrategia es como montar en bicicleta.
Hay 10 rasgos de liderazgo de «rueda delantera» y hoy vemos el #1: Actuar de ejemplo.
Las personas creen en lo que ven, no en lo que escuchan o leen.
El líder estratégico debe ser un ejemplo infalible de cómo la gente tiene que actuar para implantar la estrategia.
Eso no quiere decir que nunca pueda cometer un error; en cambio, significa que nunca se desvía de la dirección establecida a pesar de la presión del corto plazo o por intereses propios aparentemente contradictorios.
Por ejemplo: Si la estrategia dice que el servicio al cliente tiene que ser un área de especial énfasis y todos los managers tienen que ser evaluados sobre la base de su respuesta a los clientes, el líder debería dedicar tiempo al servicio telefónico de atención al cliente, estar presente (o dirigir) sesiones de “focus groups” con clientes, y valorar cuidadosamente a su gente por estos criterios.
Este tipo de acciones le darán a todo el mundo una clara idea de cómo deben actuar.
El directivo que se escuda en una agenda sobrecargada como una excusa para no visitar el servicio de atención al cliente o que evalúa a los subordinados en términos diferentes porque “tienen responsabilidades especiales que hacen imposible la evaluación del servicio al cliente” está ejemplificando lo poco importantes que son los objetivos o lo poco comprometido que él o ella está con los mismos.
La falta de compromiso es muy común.
A menudo se encuentra encapsulado en una camarilla de directivos que se guiñan el ojo unos a otros después del establecimiento de una política: se trata de algo para “la tropa”, no para ellos.
En próximas entradas seguiremos viendo nuevos rasgos de liderazgo de «rueda delantera».