Por José María Garrido

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Estoy seguro de que esto os ha sucedido a muchos de vosotros: alguien a quien no puedes recordar te escribe citando nuestra «amistad» y pidiéndote un favor (una revisión de un informe, una recomendación para trabajar en una empresa, dar una charla (gratuita) a un colectivo). Te preocupas unos segundos porque podrías estar afectado de pérdida de memoria, pero luego te das cuenta de que realmente no puedes recordarlos, incluso si citan un evento en el que coincidisteis.

Que te hayan presentado a alguien, o conocer a alguien, o coincidir en un evento o asistir a tu conferencia, no significa que entre nosotros haya “amistad”. Los amigos son personas que sabes cómo piensan, en quienes confías y con quienes eres sincero. Te fías de su juicio y ellos confían en el tuyo.

Esto no implica necesariamente una relación frecuente. Hablo o escribo a algunos amigos quizás un par de veces al año, y con otros tengo contacto semanal. Siempre he distinguido cuidadosamente «compañero de trabajo» y «amigo» o entre “cliente” y “amigo”. Incluso puedes tener miembros de tu familia extendida a quienes no consideras «amigos».

Pero el colmo de lo anterior se ha disparado con las redes sociales. Algunos de ellos son amigos, pero la mayoría no lo son. No somos amigos sólo porque ambos estamos en LinkedIn más de lo que lo seríamos por estar ambos suscritos a Expansión. Es por eso por lo que no tengo ningún problema en rechazar solicitudes, preguntas o propuestas. ¿Que si “podríamos colaborar”? ¿Que estás en desempleo y quieres que te recomiende en una empresa que busque “un perfil como el tuyo”? ¿Ayudarte con la legislación de calidad del agua? ¡Pero si no te conozco de nada!

Las personas a menudo comparten incomprensiblemente información personal con otros que claramente no son «amigos»: peluqueros, camareros, entrenadores personales. ¡Y conmigo!

Pero yo soy un consultor, no un terapeuta. No puedo ayudarte con un cuñado loco, darte consejos sobre tu trabajo o recomendaciones para lidiar con tu jefe. Y si cumplir los 50 es tan trágico, compártelo con un psiquiatra.

Los amigos son relativamente raros y extremadamente importantes. No nos engañemos. Quizás la gente no puede distinguir un circonio cúbico de un diamante natural mirándolo. Pero la persona que lo adquirió sí sabe la diferencia.

José María Garrido es profesional agroalimentario, consultor y docente. Después de trabajar 24 años como directivo, en la actualidad ayuda al empresario a aumentar el rendimiento consistente de su organización. Leer más...

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