La pasada semana charlaba con un buen amigo en su magnífica casa de Sant Celoni (Barcelona) sobre las incertidumbres que genera el coche eléctrico.

Pusimos sobre la mesa cuestiones como las siguientes.

Tesla está recibiendo una auténtica “paliza” en sus resultados, en parte debido a su necesidad de reducir los precios frente a una competencia muy dura, especialmente de los chinos.

Todavía a nadie se le ha ocurrido una forma segura y limpia de deshacerse de los millones de baterías que requerirían los planes actuales, mientras en Estados Unidos los departamentos de bomberos todavía permiten que las baterías simplemente se quemen.

El porcentaje de crecimiento en ventas de los automóviles eléctricos está disminuyendo. Hertz ha anunciado que ha empezado a vender 20.000 vehículos eléctricos de su flota en Estados Unidos para volver al coche de combustión, debido a la baja demanda de los clientes, los altos costes de reparación y el menor valor residual.

Por no hablar de la lentitud en el despliegue de estaciones de carga.

Hidrógeno, ¿por dónde andas?