Vaya donde vaya, siempre termina apareciendo.
La siguiente frase, quiero decir: “No tengo tiempo. Estoy abrumado”.
¿Qué diablos significa esto? Desde luego, la gente lo usa como sinónimo de “superado” por tareas, trabajo, responsabilidades, culpa, miedo, etc. Porque todavía no he escuchado a nadie decirme que estaba abrumado por la felicidad o la buena suerte, por ejemplo. (Y, por cierto, para los “etimólogos” de por ahí, “abrumado” viene de “bruma”, una variante de “broma”; no sé qué les parecerá la broma a los que dicen sentirse así…
Bueno, he investigado este tema en los últimos tiempos con compañeros y clientes y esto es lo que he encontrado.
“Estar abrumado” es el resultado de no concentrarme únicamente en el tema inmediato frente a mí, sino más bien de tratar de lidiar con eso y, al mismo tiempo, considerar una docena de otras cosas más que crees que tienes que abordar también. Entonces, mientras intentas diseñar una presentación de 7 transparencias, también estás pensando en el informe de un folio para el cliente, la reunión de dentro de 3 horas, reprogramar una visita al dentista y tratar de desanimar a los suegros de que os visiten cuando querías tomarte unas vacaciones de fin de semana.
Hay otra característica a sumar a esto que suelo repetir con frecuencia a mis clientes. Tenemos a nuestro lado un enorme cesto de “temas pendientes” cuya altura nunca baja, por mucho que le dediques con ahínco 8, 10 ó 18 horas diarias. El cesto nunca baja… y “nos abruma”.
Concéntrate en lo que está frente a ti. No tienes que terminarlo. Planea completar cuatro transparencias de la presentación, o limpiar un estante del trastero, no todo el espacio de golpe, o investiga un par de posibles lugares de vacaciones, pero no los cinco que te han recomendado.
Sentirse abrumado se convierte en un meme sin sentido para la dilación, la demora e incluso el abandono. No estás abrumado, ni mucho menos sobrepasado: simplemente has perdido el control de tu tiempo.
Programa «fragmentos» de las cosas en tu calendario, coloca notas Post-IT® en tu ordenador, haz una lista en un cuaderno. Cuando termines ese «fragmento», táchalo de tu calendario o lista y tira la nota del ordenador. Así lo hago yo y te aseguro que te da una reconfortante sensación de logro.
He escrito esto, sin haberlo pensado mucho antes, en menos de 10 minutos en el tren que me lleva de Madrid a Málaga. Antes de salir de Pamplona he hecho mis ejercicios de flexibilidad y respiración. Quiero leer el periódico que tengo a mi lado pero eso puede esperar. Ahora mismo voy a ajustar los contenidos del workshop de esta tarde y la llamada pendiente la haré justo al bajarme del tren.
Tenía previsto contestar a dos emails de unos tipos muy pesados, pero los acabo de eliminar. ¡Al diablo con ellos!
Quizás sean sensaciones mías, pero el campo de Castilla la Mancha ahí afuera se ve razonablemente verde, a pesar de la sequía…
Aquí terminamos.
“Nunca he tenido que enfrentarme a nada que pudiera sobrepasar el optimismo genético y la perseverancia obstinada con la que fui bendecida.” —Sonia Sotomayor.
“A menudo siento que los proyectos nos abruman cuando miramos cuántas horas se necesitan hasta terminarlos. Pero sólo empezar, normalmente no es tan difícil.” —Mily Giffin.
“Yo no puedo intimidarte, culparte o abrumarte. Tú eres quien permite que esas cosas te pasen a ti mismo.” —Alan Weiss.