Con mucha frecuencia solemos afirmar que los profesionales de la Calidad Alimentaria estamos “poco valorados”.
Las cosas, los productos, los servicios… o las actividades profesionales no tienen valor en sí mismos, sino valor PARA ALGUIEN, que es quien paga por obtener el valor que le proporciona esa actividad.
En el caso de los empleados, ese “alguien” es la empresa, o mejor dicho, el empresario o gerente, que es quien decide un precio (salario) por el valor que aportamos.
Porque, efectivamente, en una empresa hay profesiones y profesionales “más valorados” (con mejor salario) que otros, en función de su mayor o menor impacto en responder a las necesidades de dicha empresa.
Es lo que suele pasar con Compras, Fabricación o Ventas.
Como en cualquier orden de la vida, vamos.
Y, ¿cuáles son las necesidades de una empresa?
Sobrevivir
Adaptarse a un entorno cada vez más cambiante, más dinámico y más difuso;
Captar las necesidades y tendencias del mercado y ser capaces de responder a ellas de forma más efectiva (eficaz y eficiente) que su competencia;
Mejorar y (todavía mejor) innovar;
Conseguir beneficios,
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Por tanto, no se trata del valor que YO crea que tienen las actividades que hago, sino cómo las valora “el cliente” (en este caso, la empresa) que va a pagar por ellas.
No se trata de “reivindicar el valor de nuestro trabajo”, sino de aumentarlo.
Si me limito a hacer las mismas cosas que otros muchos profesionales también saben hacer (mantener certificados, responder a reclamaciones, revisar etiquetas, rellenar registros), el valor de mi trabajo será considerado “bajo”, entre otras cosas porque tengo mucha competencia que hace lo mismo que yo. Soy un “commodity”.
Pero si hago cosas DIFERENTES y resuelvo problemas de la empresa que nadie más resuelve (delimitar responsabilidades, facilitar el trabajo, coordinar el cumplimiento de lo acordado con el cliente, mejorar la comunicación, desplegar la estrategia, consolidar la mejora y la innovación) entonces “seré más valorado” y tendré más relevancia, influencia, estatus… y salario.
No, no son “ellos” los que tienen que cambiar su punto de vista.
Soy YO quien tiene que ofrecer y contribuir más, aprovechando las condiciones y las capacidades que ya tengo y enfocándolas a resultados que realmente resuelvan necesidades de cada vez mayor nivel y relevancia.
Si quieres que te lo explique con todo detalle, te invito a mi próximo directo.
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