Por José María Garrido

0 Comentarios


¿Te gusta lo que hago? ¡Plantéate invitarme a un café! ☕️

¿Recuerdas el concepto de “el beneficio de la duda”? Es un concepto bastante similar al de la “presunción de inocencia”, ¿verdad?

La idea que transmite es la creencia de que, cuando algo está en duda, se le concede un respiro a la otra persona. No establecíamos culpabilidad, intención o motivo oculto en su acción. Quizás fue sólo un error, un accidente o un malentendido.

Es entonces cuando tendíamos a hacer preguntas el tipo: “¿Es eso lo que quisiste decir?” o “¿Por qué hiciste eso exactamente?” o “Quizás no lo he entendido correctamente…”.

También perdonábamos a la otra persona aunque tuviera la culpa de algo, si entendíamos que cometió un error. Los matrimonios generalmente no se disolvían debido al olvido de un aniversario o la tasa de separaciones habría sido incluso más alta.

Sin embargo, tengo la sensación de que algo está cambiando.

Hoy, casi siempre vemos intención o defectos, y a menudo evaluamos la malicia de las acciones de los otros. No sólo creemos que alguien nos hace daño, sino que planteamos en primera instancia que era eso lo que quería. No vemos errores o accidentes, vemos conspiraciones. Y ni perdonamos ni olvidamos.

Estamos continuamente “etiquetando” y “uniformando”.

Hemos tirado al cubo de la basura años de “hacer por los demás” para sustituirlo por “deshacer a los demás”. Las otras personas no sólo no cometen errores y se equivocan, sino que son ignorantes y poco éticas. Miramos el entorno desde una posición moral más elevada. Si no estás aquí para ayudarme estás aquí para dañarme. No hay término medio: estás conmigo o contra mí. Y si estás contra mí, pues bueno, eres un “inferior” y estarás sujeto a lo que yo pueda influir para demostrarlo.

Es evidente que la política, las redes sociales, el sectarismo y “los bloques” se están convirtiendo en “guías morales” que nos afectan, nos condicionan e incluso nos seducen.

Voy a aplicar el beneficio de la duda y a asumir que tú estarás de acuerdo en que deberíamos darnos un respiro.

 

“Hay pruebas abrumadoras de que cuanto mayor es el nivel de autoestima, más probable es llegar a tratar a los demás con respeto, amabilidad y generosidad.” – Nathaniel Branden.

“La generosidad es el único egoísmo legítimo.” – Mario Benedetti.

“Al final, sólo se tiene lo que se ha dado.” – Isabel Allende.

José María Garrido es profesional agroalimentario, consultor y docente. Después de trabajar 24 años como directivo, en la actualidad ayuda al empresario a aumentar el rendimiento consistente de su organización. Leer más...

{"email":"Email address invalid","url":"Website address invalid","required":"Required field missing"}
>