El ejercicio del mando sobre personas es, en mi opinión, uno de los aspectos clave que más necesitamos mejorar en nuestras empresas agroalimentarias.
No es habitual que encargados, capataces, jefes, directores o incluso gerentes hayan sido formados adecuadamente sobre la mejor forma de dirigir equipos de personas
Pero, ¿por qué es tan importante el estilo de dirección que pongamos en práctica en nuestra empresa?
Si te parece, vamos a reflexionar juntos sobre ello en un momento.
En nuestras Pymes agroalimentarias no nos sobran los recursos, y sin ningún género de dudas, una de las obsesiones de todo empresario es conseguir el máximo aprovechamiento de los recursos de que dispone su organización para obtener los mejores resultados y ser más competitivo.
Independientemente de tu producto, de tu tecnología, de tu posicionamiento en el mercado o de tus alianzas estratégicas, supongo que a estas alturas de la película no me negarás que el recurso más potente y más diferencial del que dispones son, precisamente, las personas de tu organización; todas y cada una de las personas de tu empresa.
Todas y cada una especial; todas y cada una diferente, y todas y cada una con un determinado potencial que puede, o no, poner a disposición del proyecto empresarial.
La primera decisión que debes tomar es si quieres o no poner los medios para tener la opción de obtener el máximo de ese potencial que pueden aportar todas y cada una de las personas de tu empresa.
Puede que decidas que NO, que lo único que quieres es que tu gente fiche por la mañana, haga la tarea encomendada unos días mejor y otros peor, y ver si así las cosas “chutan”. Pues nada, adelante.
Si quieres tirar por el desagüe cantidades ingentes de Valor (o sea, de euros), es tu decisión y nadie puede discutírtela. Pero luego no te quejes de no entender por qué “la gente no quiere trabajar bien contigo”.
Pero puede que decidas que SÍ, que quieres aprovechar para tu proyecto empresarial el máximo de las posibilidades que están a tu disposición. Que quieres hacer las cosas de otra manera para diferenciarte de tu competencia, para que los mejores quieran trabajar contigo, y para que te lo den todo cuando durante su horario laboral.
Si es así, entonces tendrás que entender y comprender las claves reales del compromiso de las personas, y ser coherente poniendo en práctica las condiciones para que ese compromiso se manifieste.
Porque, de entrada, puedo decirte que los “usos y costumbres” que habitualmente se dan en nuestras empresas agroalimentarias a la hora de ejercer el mando, ya sea por encargados, capataces, jefes, directores o gerentes, están muy alejados, si no en las antípodas, de las posibilidades de maximizar el compromiso y el Valor aportado por las personas, entre otras cosas porque nadie se ha preocupado de enseñarles a hacerlo mejor.
En sucesivas reflexiones iré desgranándote mi punto de vista sobre cómo, a través del liderazgo, conseguir que los empleados se impliquen realmente en los objetivos de la empresa.
Pero, mientras tanto, ¿tú que opinas?
¿Crees que la forma de ejercer el mando en tu empresa es el adecuado como para que los empleados sientan como algo natural comprometerse con ella, o no?
¿Te preguntas a menudo “qué debo hacer yo para motivar a mis colaboradores”?
¡Cuéntanoslo en los comentarios y charlamos sobre ello!