Lo tuyo es vocacional, como ocurre con la mayoría de los que trabajamos en el sector agroalimentario.
Pero estás muy desmotivado o desmotivada.
Desde muy joven quisiste ser profesional agroalimentario. Lo tenías claro, y por eso decidiste estudiar para ingeniero agrónomo, ciencia y tecnología de los alimentos, biología, veterinaria o cualquier otra carrera que al final derivara en la industria alimentaria.
Terminaste con buena nota, mejoraste tu inglés (“sin inglés no se va a ninguna parte hoy en día”, te decían) e incluso hiciste algún máster para mejorar tu curriculum.
Conseguiste tu ansiado primer trabajo, quizás en un laboratorio de análisis, y, antes o después, como técnico en una empresa agroalimentaria.
¡Por fin!
Has trabajado con toda la ilusión del mundo, entregando lo mejor de ti, siempre con esa actitud positiva que te caracteriza, y has conseguido algunos éxitos que consideras importantes, pero parece que eres el único que se da cuenta.
Te sientes poco valorado, incomprendido e injustamente tratado, como si no encajaras en esa organización. Cada día intentas volver al trabajo con ilusiones renovadas, pero cada día es más difícil.
Llevas ya unos años, y sientes que tu carrera está estancada.
Incluso puede que te hayan despedido… o estén a punto de hacerlo.
Lo tuyo es vocacional, pero hoy estás muy desmotivado
Encima, la gente que está en posiciones superiores a la tuya en la empresa te parecen unos responsables pésimos. Incluido tu jefe, que no sabes muy bien qué ha hecho para estar ahí.
La cultura que se respira en la empresa no te gusta. Estás cansado de la frase “las cosas siempre se han hecho así”, y más en un mundo tan competitivo e hiper-cambiante como el actual. Parece que todo el mundo va a lo suyo pero… desde la posición que ocupas es muy difícil cambiar las cosas.
Y aunque la actitud positiva sabes que es fundamental, eres consciente de que no es, ni mucho menos, suficiente.
Pues, ¿sabes qué te digo?
Que no eres ningún bicho raro. La mayoría de los profesionales agroalimentarios hemos pasado por esa situación.
Y, ¿por qué?
Porque las empresas de este sector están ancladas en el pasado. Son muy básicas, muy tradicionales. No han evolucionado.
Y necesitan, hoy más que nunca, gestores inquietos, innovadores, atrevidos, que incorporen nuevos valores y, sobre todo, que sean muy profesionales.
Profesionales preparados para el cambio, con capacidades y habilidades de gestión que aporten mucho valor a sus organizaciones.
Profesionales con hambre de aprender, de crecer y de desarrollarse, con orientación polivalente y multidisciplinar.
Profesionales que sean capaces de transformar nuestro sector agroalimentario.
Tú quieres ser uno de ellos. Quieres ensanchar tus competencias en gestión y tus habilidades de dirección.
Quieres ampliar tus posibilidades para mejorar tu empleabilidad.
O para tener una responsabilidad relevante y tomar decisiones importantes.
Quieres tener la influencia suficiente para crear un entorno exigente, pero con buen clima, con respeto a las personas y a su valía, para crear colaboración y que todo el mundo trabaje a gusto.
Quieres destacar, ser un profesional cotizado por el alto valor que aportas o, lo que es lo mismo, tener libertad para elegir.
Y para ser reconocido: por tus colaboradores, por tu entorno, por tu familia… e, incluso, por tu jefe.
Quieres, en fin, autorrealización profesional… y mayores ingresos.
Pero no sabes cómo hacerlo…
¿Es así?
Pues sigue leyendo.
Los 5 errores que NO debes cometer si quieres progresar profesionalmente
Vale, tienes claro lo que quieres. Pero debo decirte que, para conseguirlo hoy en día, debes olvidarte de la «vieja» forma de hacer las cosas que, por otra parte, es lo que suele hacer la mayoría.
Permíteme decirte entonces qué es lo que NO debes hacer si realmente quieres progresar en el sector agroalimentario.
1.- Pensar que tu empresa se va a ocupar realmente de tu desarrollo profesional
Tu jefe está demasiado liado con los problemas de hoy y el cortoplacismo como para preocuparse de tu desarrollo y promoción de futuro. La competitividad le obsesiona, pero lo único que le importa es conseguir sus propios objetivos caiga quien caiga.
Además, nunca le has visto mucha intención en ese sentido, y tampoco es que sea un buen ejemplo a seguir. Tú tienes otros valores.
La gente del departamento de Personal, si es responsable de algo más que de administrar contratos, nóminas y negociaciones, lo justo que organizan algunos cursos de formación (que forman bastante poco, por cierto), porque su único objetivo es cobrar la subvención de la Fundación Tripartita.
Y si observas detenidamente cómo se funciona en tu empresa, tampoco tienes muy claro si hay mucho que aprender ahí…
Pero es que, además, siento decirte que la tendencia de futuro en las empresas es que, aunque la formación que éstas ofrezcan a sus empleados no va a desaparecer, sí que cada vez van a ocuparse menos de la tutoría y la responsabilidad en esta materia (Kelly Palmer, CLO de Degreed.com).
2.- Pensar que con tu(s) carrera(s) y cursos realizados ya es suficiente
Espero que no seas de los que piensan así.
La formación básica que recibiste, siendo necesaria, no es suficiente. Con ella se empieza, pero no se progresa.
O peor todavía: si tu formación se limita a los estudios básicos cualquier día puedes quedarte fuera de juego.
El presente/futuro del trabajo pasa por una ruptura de las carreras lineales, ascendentes, seguras y predeterminadas, para transformarse en una aventura laboral más disruptiva. Las relaciones laborales para toda la vida, las carreras de fondo, se sustituyen por relaciones de noviazgo profesional más cortas, pero que bien entendidas y bien gestionadas pueden ser más fructíferas e incluso muy interesantes para ambas partes de la ecuación: empleadores y empleados.
A la vista de cómo va el mundo (con visiones más o menos optimistas sobre el futuro) quien no se ocupe activa y continuamente de su desarrollo será cada día un poco menos valioso, más vulnerable a los cambios, menos competitivo y asumirá el riesgo cierto de ser desbancado.
Formación continua… durante toda la vida. No hay otra salida.
3.- O creer que la obtención de más títulos y certificados mejora tu situación
¡Seamos claros!
¿Cuantas veces escuchamos o leemos los lamentos de gente cargada de títulos y con años y años de formación que sólo es capaz de encontrar un trabajo en la caja de un supermercado (con todos mis respetos para ese trabajo)? Ese Ingeniero Aeronáutico con un par de masters, un saco de cursos técnicos y cuatro idiomas que, a sus treinta años, no tiene el trabajo que… ¿merece? y aparece en los telediarios de Antena3 o LaSexta como ejemplo de «lo dura que es la vida para los jóvenes».
No podemos seguir pensando que la única palanca para progresar profesionalmente es asistir a cursos reglados para acumular títulos. Centrarse únicamente en engordar el currículo es como si una empresa sólo se dedica a acumular materias primas pero no se preocupa de producir algo con ellas y darles salida.
Si quieres seguir haciendo cursos presenciales, caros (en precio y en coste final), teóricos o puramente técnicos, quizás te sientas bien al ver el montón de hojas que ocupa tu curriculum y tu familia te dirá que «estás estudiando mucho» y que «estás muy preparado», pero si tu formación no desarrolla tus propias competencias y capacidades de gestión es como tener un ordenador de última generación para jugar al buscaminas.
Además, ¿cuánto de práctico te han aportado realmente esos cursos? ¿Qué has podido aplicar en tu trabajo? Y, sobre todo, ¿cuánto te han transformado a ti?
4.- Seguir pensando que sólo trabajando duro (o muy comprometido) se progresa
Sí, ya sé que eres muy esforzad@, que has metido muchas horas, y que estás dispuest@ para lo que sea. Pero parece que sólo eso no te ha hecho progresar demasiado…
Sí, ya sé que has llevado varias tareas o proyectos a la vez, o que has conseguido un certificado para tu empresa a base de currar en casa después del trabajo. Todo ello te reportó alguna sonrisa, e incluso alguna palmadita en la espalda, pero eso quedó en el pasado.
Simplemente con mucho esfuerzo y compromiso no vas a progresar profesionalmente.
Mira este tweet de Juanma López Zafra:
A ver si entendemos que el mercado no premia el esfuerzo.
Premia el valor añadido.
Entiendo que no es fácil, pero hay que interiorizarlo.— € Juanma López Zafra (@jmlopezzafra) 7 de mayo de 2015
¿Te fijas que es de 2015? (y parece que había muchas personas de acuerdo con él, a juzgar por las interacciones…)
Creo que, aunque algunos no quieran o no puedan reconocerlo, lo que dice López Zafra es algo de sentido común y que debemos ir asumiendo.
No digo que el esfuerzo, la disciplina o el trabajo no sean importantes o incluso imprescindibles. Lo que ocurre es que todo eso no son más que los peldaños que vas a tener que subir para poder crear algo por lo que te consideren necesario, útil o relevante.
Y en tu empresa o en nuestro sector, aportar valor para generar cambio es más necesario que nunca.
5.- Esperar que otros resuelvan tu situación
En este momento, todo es diferente. Definitivamente, estamos solos y creo que es más urgente que nunca que los profesionales encontremos nuevas formas de buscarnos la vida. No va a venir nadie a salvarnos: ni el gobierno, ni los sindicatos, ni las empresas ni, salvo honrosísimas excepciones, tu jefe.
Y ya puedes estar quejándote todo el día, que la cosa no cambiará.
Sólo hay una persona que puede ayudarte: TÚ.
Ésta es la auténtica autoayuda: la de encontrar el modo de progresar en este sector que tanto amas… y que tanto te necesita.
En resumen:
No se trata de lo hecho en el pasado, sino del futuro.
No se trata de aportar esfuerzo, sino de aportar valor.
No se trata de títulos, sino de adquirir para uno mismo herramientas, competencias y habilidades que te transformen.
Se trata de método, proceso, trabajo, esfuerzo y coherencia… CENTRADOS EN TI.
El caso paradigmático de los responsables de Calidad y Seguridad Alimentaria
Este es un caso especial de entre los profesionales agroalimentarios.
¿Eres tú uno de ellos? ¿Estás satisfecho con el papel que desempeñas en tu empresa?
¿O te sientes un responsable de Calidad irrelevante?
Sí, es posible que creas que la función de Calidad y Seguridad Alimentaria es una actividad menor dentro de las empresas. Y tengo que decirte que, si te limitas a renovar certificados y realizar controles… la verdad es que tienes razón.
Pero, si amas tu trabajo, ni se te ocurra pensar en estudiar compras, o logística… o pasarte a la actividad comercial para ganar relevancia y progresar en el sector.
Si te gustaría desempeñar esas funciones, adelante, pero si tu corazón te llevó a ser lo que hoy eres, te equivocarás de arriba a abajo cambiando de departamento.
Porque te aseguro que el éxito no tiene nada que ver con la función técnica, sino con el VALOR que seas capaz de aportar a la organización.
Porque… ¡las empresas agroalimentarias te necesitan!
La gran mayoría de nuestras empresas agroalimentarias se encuentran con una gigantesca dicotomía.
Por un lado, en los últimos 20 años se han realizado importantísimas inversiones en infraestructuras, en maquinaria, en instalaciones, y en todo lo concerniente a la transformación física. El tema de la calidad de los productos es algo que ya absolutamente nadie discute y, donde la seguridad alimentaria es una cuestión que ha pasado a ser no negociable.
Además, y como consecuencia de la Gran Recesión (2008-2013) dieron el salto a la internacioalización, abordando mercados exteriores en los que los productos son muy apreciados, muy bien valorados por los clientes, que cada vez les piden más. Nuestras empresas agroalimentarias están vendiendo muy bien, y necesitan crecer.
Pero, por otro lado, y como tú mismo/a estás comprobando, necesitan de un profundo cambio cultural y en sus formas de gestionar: nuestras empresas agroalimentarias necesitan profesionalizarse.
Y para eso necesitan líderes y profesionales competentes, que cubran sus necesidades y que, como te he dicho más arriba, les aporten mucho valor.
Entonces, ¿qué hago yo ante esta situación?
Hasta ahora todo han sido problemas.
Pero no todo es de color negro en este mundo y sería irresponsable por mi parte presentarte los problemas sin darte respuestas :-).
Todo tiene solución, sin importar cuánto tiempo lleves en el pozo de la desmotivación.
Y entonces, ¿cómo se libera el/la líder que hay en ti?
Mediante tres grandes acciones.
A) Conociendo muy bien la situación actual de nuestras empresas.
Debes conocer la diferencia entre los negocios que funcionan y los que acaban fracasando.
Debes descubrir los elementos que se encuentran detrás de las empresas exitosas.
Estás casi obligado, en fin, a distinguir la gestión amateur de la auténticamente profesional.
B) Desarrollando tus competencias y habilidades.
Las competencias son el conjunto de características intrínsecas del individuo, desarrollables, que se demuestran a través de conductas y que están relacionadas con un desempeño superior/exitoso en el trabajo.
Unas características personales relativamente estables y causalmente relacionadas con los resultados superiores en un puesto. En definitiva, lo que hacen los mejores en un puesto.
Y, lo mejor de todo, es que son desarrollables, es decir, que tú las puedes hacer crecer en ti mismo.
Habilidad es la maña, el talento, la pericia o la aptitud para desarrollar alguna tarea. La persona hábil, por lo tanto, logra realizar algo con éxito gracias a su destreza.
Las habilidades, como las competencias, tienen sin duda un componente genético, innato, pero afortunadamente también pueden desarrollarse mediante el entrenamiento y la práctica.
Libera el/la líder que hay en ti desarrollando competencias, incorporando habilidades y dotándote de herramientas
Existen distintos tipos de habilidades (cognitivas, sociales, comunicativas, manuales…), pero algunas de ellas son imprescindibles cuando hablamos de gestión empresarial general.
El arte de las relaciones sociales, la delegación efectiva, la realización de presentaciones eficaces o la gestión del tiempo son algunos ejemplos de ellas.
C) Dotándote de CONOCIMIENTOS y HERRAMIENTAS específicas
Es realmente complicado llegar a ser un buen profesional agroalimentario sin conocer:
- la esencia de la realidad de las empresas de nuestro sector, o
- las claves del compromiso de los empleados, o
- sin manejar técnicas de resolución de problemas, gestión de proyectos, o la dinámica de los procesos.
Estamos hablando de entender a fondo las dinámicas de una empresa y su impacto en los distintos grupos de interés, y de tener bien engrasadas técnicas y procedimientos que nos ayuden en la consecución de los objetivos.
Y tú, ¿vas en serio?
Bueno, lo que te he contado hasta aquí no es más que el principio del camino.
Pero es que esto esto no es más que un post… que ya tiene más de 2500 palabras: es materialmente imposible seguir escribiendo.
Como te he dicho, lo que necesitas para estar listo para tu futuro es:
- Títulos Desarrollar estas Competencias;
- incorporar Habilidades, y
- conseguir Conocimiento y Herramientas complementarias.
Es tu responsabilidad formarte de manera adecuada, para después poner en valor todas las capacidades que adquieras.
Entonces, si realmente vas en serio, ¿qué haces todavía aquí?
¡Ponte en acción!
………..
Es tu turno.
Me encantaría conocer cual es para ti el principal motivo que te impide progresar en tu carrera profesional. ¡Te espero en la sección de Comentarios, aquí abajo!