Sonríe.
Cuando saludas a alguien con una sonrisa (en nuestra cultura y en muchas otras), en la mayoría de los casos mejoras la relación y el trato con el que te relacionarás posteriormente.
Y, por supuesto, esto es aplicable tanto si estás tratando con un cliente como si tú mismo eres el cliente.
La sonrisa fue desarrollada por los antiguos humanos como una forma de atraer compañeros menos agresivos, según algunos estudios que se han conocido recientemente. Y un equipo de científicos afirma que la amabilidad que los humanos pueden mostrar a través de las expresiones faciales fueron un factor clave en nuestra evolución.
Sonríe, pues. No seas un troglodita