Por José María Garrido

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Haz que tu barco se mueva a vela, no a remo ni a motor.

En un barco de remos hay remeros que ponen la fuerza y el desgaste mientras los capataces marcan el ritmo.

Un barco de motor se mueve por la energía del combustible mientras los viajeros pueden ir cómodamente mirando el horizonte. Si alguien no mete combustible (dinero) el barco se detiene.

En un barco de vela, el rumbo (liderazgo) y la coordinación de todos los tripulantes (equipo) hace que se aproveche el viento favorable (cliente) para continuar la navegación.

Y tu empresa, ¿qué tipo de barco quieres que sea?

José María Garrido es profesional agroalimentario, consultor y docente. Después de trabajar 24 años como directivo, en la actualidad ayuda al empresario a aumentar el rendimiento consistente de su organización. Leer más...

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