Cada directivo es director de RRHH
Uno de los roles fundamentales de un líder es desarrollar personas, para ayudarles a trabajar de manera más inteligente y no más dura.
Hay tres áreas principales de desarrollo que el líder debe apoyar:
1. Proporcionar las habilidades requeridas. Esto se logra garantizando que las personas tengan acceso a los conocimientos y la destreza necesarios para hacer el trabajo. El desarrollo de habilidades generalmente requiere la comprensión de las necesidades del cliente (interno o externo), práctica de esas habilidades, su aplicación real y retroalimentación sobre la actuación.
2. Desarrollar la sabiduría requerida para realizar el trabajo. Esto incluye modificar los comportamientos para adaptarse mejor a las necesidades de interacción en el trabajo, aportar experiencia y la posibilidad de cometer los errores propios en el aprendizaje (la «libertad para fallar»), y la comunicación continua que respalda los éxitos y proporciona aprendizaje de los contratiempos.
3. Inculcar la «astucia ambiental», las costumbres organizativas y las realidades culturales del entorno. La mayoría de las organizaciones tienen más reglas no escritas que escritas, y la adherencia a las normas culturales es importante para el éxito del individuo.
Esta es la esencia del proceso de tutoría, y cada líder debería servir como mentor de varias personas en un momento dado.
El «desarrollo de los recursos humanos» no es un «plan de formación» elaborado una vez al año por el administrativo correspondiente, ni es un programa para obtener la subvención disponible.
Cada directivo es un director de recursos humanos, y cada líder es responsable de ese esfuerzo.