Solemos escuchar continuamente que tenemos que «hacer lo que dices», que significa que debemos practicar lo que predicamos. Me parece bien. Pero su lado complementario sería «hablar lo que haces», lo que significaría que debes hacer que la gente sepa lo que estás haciendo, quién eres, y lo que eres capaz de lograr.
Los comportamientos son fundamentales, pero no todos pueden verte todo el tiempo. No tienes solamente que tener buenas ideas y contribuir; debes documentar tus experiencias y resultados, hablar sobre ello y comunicarlo a tu “público objetivo” continuamente.
Debes poner de manifiesto tu propósito y la creación de significado en tu vida; debes expresarte para marcar la diferencia en el mundo, para crear un legado.
Esta búsqueda no es intelectual, sino más bien visceral. Tienes que sentirlo y debes permitir que otros vean tus acciones como un resultado.
David (sí, sí, me refiero al de Goliath) no tuvo que hacer un análisis de riesgos, ni recibir un voto de confianza de las tropas, ni consultar sobre la última tecnología de tirachinas.
Sabía por qué estaba allí y qué tenía que hacer.